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lunes, 31 de marzo de 2014

Tres posiciones de Yoga, muy sencillas y que pueden aliviar Cólicos Menstruales

¿Te duele el vientre cuando menstrúas? Muchas de nosotras padecemos de cólicos menstruales, pero la buena noticia es que no tienes que aguantarte. Aquí te decimos cómo puede manejar tu dolor sin necesidad de recurrir a medicamentos, empleando unas posiciones físicas y algunas técnicas de respiración muy sencillas.



Este grupo de asanas (posiciones físicas) es muy sencillo, pero poderoso y tiene un efecto directo en tu sistema genito-urinario, el cual regula la energía sexual en tu cuerpo. Es benéfico tanto para tu sistema reproductor, como para tu sistema digestivo.

Antes de comenzar, toma nota de lo siguiente:
- No necesitas haber estudiado yoga previametne
- Puedes realizar cada posición de manera independiente o como una secuencia
- Puedes realizar estas posiciones cuando quieras o cuando sientas cólicos, tanto tiempo como quieras
- Usa ropa cómoda que te permita moverte
- Siéntate en una colchoneta o cobija, en algo que no sea el piso frío.

Vajrasana (Posición de Trueno)
Instrucciones
1. Híncate en tu colchoneta o cobija.
2. Deja que los dedos gordos de tus pies se toquen y separa tus talones.
3. Siéntate de manera que aproveches el 'plato hond' que hacen tus talones cuando mantienes juntas a tus rodillas. Pon tus manos sobre tus muslos.
4. Manten tu columna y cabeza relajadas, pero asegúrate de estar bien erguida.
5. Cierra tus jos y relaja todo tu cuerpo.
6. Respira de manera natural y concentra tu consciencia en tu respiración.

Haz esto durante 2-5 minutos. Si tienes problemas digestivos, puedes hacerlo durante al menos 5 minutos después de tomar tus alimentos.

NOTA: Si te duelen las rodillas, sepáralas un poco. Si te duelen los tobillos, pon un pequeño cojín o toalla debajo de ellos.

Lo que hace Vajrasana altera el flujo sanguíneo y los impulsos nerviosos de tu región pélvica y fortalece tus músculos pélvicos, aliviando desórdenes menstruales. También alienta a tu sistema digestivo y reduce problemas estomacales.





Shashankasana (posición de luna o liebre)
Contraindicación:
NO realices esta posición si tienes problemas de presión alta, discos vertebrales alteradoso, presión ocular (glaucoma) o vértigo.


Instrucciones
1. Siéntate en la posición de Vajrasana
2. Mantén tu columna y cabeza relajadas, pero erguidas.
3. Cierra los ojos y relaja de manera completa todo tu cuerpo
4. Inhala, levanta tus brazos por encima de tu cabeza, mantenlos derechos y separados por la misma distancia que tus hombros.
5. Exhala, inclínate hacia adelante a partir de tus caderas, manteniendo tus nalgas sobre tus talones, trayendo tus brazos y frente hacia el piso.
6. Respira de manera normal y sé consciente de tu respiración natural.


Ésta es una ronda. Haz 3-5 repeticiones o rondas iguales.


Lo que hace: Shashankasana estira tu espalda, realinea tu columna vertebral correctamente, aliviando la presión sobre ella y los nervios circundantes. Regula la función de tus glándulas adrenales. Tonifica y fortalece tus músculos pélvicos y los nervios ciáticos, aliviando desórdenes. También alivia el estreñimiento. Reduce el enojo y 'enfría' el cerebro.




Marjariasana (Posición del gato)

Instrucciones

Desde Vajrasana, apóyate en tus manos y rodillas.
1. Coloca tus rodillas alineadas con tus caderas y directamente debajo de ellas. Coloca tus manos alineadas con tus hombros, tanto en ancho como en vertical. Mantén tus muslos y brazos bien derechos.
2. Cierra tus ojos y relaja tu cuerpo completamente, especialmente tu abdomen.
3. Inhalando, arquea hacia abajo tu espina dorsal y levanta tu cabeza. Mantén la respiración por 3 segundos.
4. Exhalando, curva tu espina dorsal hacia arriba y baja la cabeza. Contrae tu abdomen hacia la espina. Mantén la respiración por 3 segundos.

Ésta es una ronda, haz 5-10 series.

Lo que hace: Marjariasana mejora la flexibilidad de tu espalda, cuello y hombros. Suavemente, tonifica el sistema reproductivo, ayudando a regular desórdenes menstruales y leucorrea.



¡Extra! Shavasana (Posición del cadáver)


Instrucciones
1. Túmbate totalmente plana sobre tu espalda con tu cabeza y columna totalmente alineadas.
2. Coloca tus pies ligeramente separados. También tus brazos, ligeramente separados de tu cuerpo, con las palmas mirando hacia arriba.
3. Cierra los ojos y relájate completamente.
4. Respira normalmente, tomando consciencia de tu ritmo natural de respiración.

Haz esto por lo menos 5 minutos, mientras más tiempo lo hagas, mucho mejor.

Nota: Usa un pequeño cojín debajo de tu cabeza, si lo necesitas.

Lo que hace: Shavasana es una de las mejores posiciones para relajas todo el sistema psico-fisiológico. Mejora toda la consciencia corporal y te da el descanso que necesitas.

¡Que todxs estén saludables y felices! 


Este post se publicó originalmente en Menstrupedia, por .
Traducción de Helecho Verde. 

domingo, 30 de marzo de 2014

¿Son mejores las doctoras que los doctores?

Intégrate a nuestro grupo "Lunas, toallas de tela y copas" donde nos reunimos miles de mujeres para compartir información clara, objetiva y actualizada sobre la menstruación y la salud sexual y reproductiva, así como reflexiones, inquietudes y experiencias relacionadas con el ser y tener cuerpo de mujer. 


La opinión de una doctora sobre cómo afecta el género de tu doctor la calidad de la atención, cuidados y orientación que te ofrece.

 
Leana Wen. M.D., médica de emergencias en George Washingtoon University; fotografía de Associated Press

Originalmente publicado en Women's Magazine el 13 de dic, 2013 por Leana Wen
Traducción de Helecho Verde.

***

Mi paciente, una mujer de 40 años que se llama Sally, dejó brillar su amplia sonrisa cuando me vio entrar a la habitación.

"¿Eres mi doctora?" preguntó. Asentí y comencé a presentarme, pero me interrumpió. "Qué felicidad, tengo una doctora mujer! Creo que las mujeres son mejores que los hombres."

Tremendo contraste con la paciente anterior que acababa de atender antes de Sally. Frank, un hombre de 72 años, me miró e inmediatamente me preguntó si yo estaba segura de no ser su enfermera. Su esposa (amablemente) me explicó que preferían a un doctor hombre.

Estas preferencias no siempre respetan las divisiones de género o de edad; muchas pacientes me han dicho que prefieren doctores varones y vice versa.

Un nuevo estudio de la Universidad de Montreal encontró que pdrían existir diferencias reales entre el cuidado que proporcionan mujeres y hombres. Cono más probabilidad, las doctoras seguirán la guía basada en evidencias y saldrán mejor evaluadas en cuanto a cuidado y calidad, de acuerdo al estudio. Otra investigación encontró que las doctoras tienden a mostrar una empatía mayor y son percibidas como mejores si se trata de escuchar.

Algunxs investigadorxs han planteado la hipótesis de que las diferencias son culturales y están arraigadas en nuestra educación. Desde una edad muy temprana, las niñas tienden a servir como confidentes de sus amigxs, lo que puede resultar en una capacidad mayor para escuchar dentro del contexto clínico.

Simultáneamente, he trabajado con muchos hombres que proyectan una gran empatía y preocupación profundas por sus pacientes. También conozco doctoroas que no podrían apoyar los estereotipos de género tradicionales y a quienes no les gusta pasar mucho tiempo escuchando a sus pacientes.

Al elegir quién será tu profesional de la salud, el géner es un componente. Para algunas personas (como Sally y Frank), puede parecer mucho, en cuyo caso, ciertamente debe ayudarte a elegir a tu médic@. Otras personas sólo quieren encontrar en quien confiar; no les preocupa si su doctor es hombre o mujer.

Entonces, ¿cómo podemos elegir un buen doctor@? Aquí hay algunas características que debes buscar -más allá del género:

Tu doctor@ debe escucharte: La investigación ha demostrado que el 80% de los diagnósticos pueden hacerse con tan solo escuchar tu historia. El escuchar nos lleva a ofrecer un mejoor cuidado y tu doctor@ debería estar haciendo un esfuerzo para esuccharte y aprender acerca de ti.

Tu doctor@ debe ver tu relación como una relación de soci@s: El cuidado médico de hoy no se trata de que tu doctor@ te diga qué hacer. En lugar de eso, tu doctor@ debería estarte involucrando en tu cuidado, como igual. Ya sea él o ella, debe involucrarte activamente en cada paso del proceso de tomar decisiones para determinar el tratamiento que tomarás.

Tu doctor@ debe estar dispuest@ a pedir ayuda: Hay tanta información sobre diagnósitocs y tratamientos -una sola persona no podría saberlo todo. Un buen doctor@ no es quien teme admitir que no lo sabe todo. Si pide ayuda, esto no significa que tu doctor@ sea incmpetente, sino que puedes confiar en él o ella dadas sus capacidades y también su humildad.

Tu doctor@ necesita estar disponible: No es nada realista que esperes que tu doctor@ corra hacia ti siempre que le llames, pero antes de dejar la oficina de tu doctor@, él o ella debe informarte cómo puedes contactarle de ser necesario. Asegúrate de que has comprendido su plan de siguimiento. ¿Existe alguna señal en especial o algún síntoma que podría ser peligroso? ¿Qué puedes hacer si algo nuevo sucede o si empeora tu condición?

Debes sentirte cómod@ con tu doctor@: Quizás sea la parte más importante. Si no te sientes a gusto con tu doctor@, es muy probable que no le compartas información que podría ser crítica, haciendo que se pierda piezas importantes del rompecabezas. Quizás sea éste el argumento más fuerte para elegir un doctor@ de un género en particular - y sólo tú puedes decidir si es una característica que es muy importante para ti.

 Uno de mis héroes, ganador de un Nobel, humanista y cardiólogo, Dr. Bernard Lown, dice que un doctor@ es una persna que siempre te hace sentir mejor después de que le has visitado. Vas con tu doctor, porque quieres sentirte mejor. Es importante que encuentres a alguien -mujer u hombre- que te ayude a lograrlo.

Leana Wen. M.D. es doctora y Directora del programa Patient-Centered Care Research en el Department of Emergency Medicine de George Washington University. Es co-autora del libro When Doctors Don't Listen: How to Avoid Misdiagnoses and Unnecessary Tests. Puedes seguirla en Twitter: @DrLeanaWen y leer más sobre ella y su libro aquí.


sábado, 29 de marzo de 2014

100 Hechos Menstruales (88): La Menstruación, la irritabilidad femenina y la envidia del pene



La menstruación ha sido utilizada tanto por distintas religiones como por la ciencia e incluso por disciplinas que no alcanzan a ser consideradas ciencias desde la perspectiva de la filosofía de las ciencias(1), como un rasgo de inferioridad biológica, intelectual y psicoemocional, aunque como hemos dicho en varias ocasiones, incluyendo en algunos de los "Hechos Menstruales" divulgados hasta el momento, la menstruación es un proceso completamente natural y normal de la fisiología reproductiva femenina.

Un ejemplo de cómo la menstruación ha sido descrita y "estudiada" desde una perspectiva sexista y misógina es el psicoanálisis freudiano. Freud sugirió que la menstruación sería "una señal sangrienta de la ausencia (pérdida) del pene en las mujeres," un recordatorio de "la impureza e inferioridad" femenina y un momento en el que saldrían a relucir los sentimientos reprimidos de las mujeres, tales como la frustración y el enojo provocados sobre todo por esa "envidia del pene" (2,3)

¿Por qué no se considera a la psicología una verdadera ciencia? Porque no cumple con los requisitos básicos para que un campo de estudio pueda ser considerado científicamente riguroso: una terminología definida, resultados cuantificables, condiciones experimentales altamente controladas, la posibilidad de reproducir sus experimentos con los mismos resultados, la posibilidad de realizar predicciones fiables y la capacidad de probar sus resultados.

El estudio de la menstruación es un buen ejemplo para demostrar que la psicología no es una ciencia. ¿Cómo podrían estudiarse las emociones asociadas con la menstruación desde la psicología cuando el significado y la manifestación misma de emociones como "el enojo" y la "irritabilidad" varían de persona a persona y especialmente de una cultura a otra?

Distintos motivos y situaciones pueden provocar el enojo en una mujer norteamericana, una mujer mexicana y una mujer china. L*s psicólog*s no cuentan con una regla para medir el enojo, ni tampoco con un microscopio para observarlo y entonces caen en la necesidad de inventar escalas arbitrarias. Así, una mujer puede decir sentirse o parecer manifiestar un grado de irritabilidad o enojo de 3.5 o 5 grados en una escala del 1 al 10, pero no existen predicciones posibles en cuanto a la respuesta o irritabilidad de una mujer fuera o dentro de los días de su menstruación y los términos en los que se le pretende definir son demasiado vagos e imposibles de medir.

En conclusión, la posibilidad de ofrecer predicciones cuantificables es una parte vital del proceso científico y es algo a lo que no puede aspirar la psicología cuando pretende estudiar las emociones de las mujeres asociadas con la menstruación.

Para ser just@s, no toda la psicología, ni tod*s l*s psicoanalistas, son tan ambiguos en su quehacer y resultados, ni tan ambiciosos en sus pretenciones y el campo de la psicología ha develado rasgos interesantes en el comportamiento y sentimientos humanos, pero el decir que se trata de una ciencia y que los estudios científicos han demostrado que las mujeres envidiamos el pene, que estamos frustradas por no poseer uno, o que en los días previos a nuestra menstruación y cada mes durante los días en que la experimentamos somos más irritables y nos enojamos más... es caer en pronunciar y aseverar ideas falsas acerca de las mujeres y la menstruación.

Tanto por las mujeres como por el bien de la ciencia consideramos que es importante que no se califique cualquier idea como un "hecho" o verdad científica, puesto que entonces cualquier idea y cualquier campo podría calificarse de científic@ sin realmente serlo. Y el día en que cualquier idea pueda ser considerada científica, la ciencia ya no podrá ofrecernos verdades seculares.

Otros psicoanalistas como Karen Horney y Clara Thompson veían a la sociedad como la base de "las actitudes destructivas en las mujeres". Horney sugirió que lo que aprende una hija de su madre "avergonzada" acerca de su propia menstruación sería la causa de una actitud negativa en la hija hacia su propio ciclo menstrual, que las madres que han aprendido a temer y resentir su propio cuerpo muy probablemente heredarán estos sentimientos negativos hacia la menstruación a sus hijas. Al menos Horney y Thompson intentaron enfatizar que es la sociedad quien es mayormente responsable de este resentimiento internalizado hacia la menstruación. Horney intentó estudiar la menstruación dentro de su contexto social, donde las funciones del cuerpo femenino son devaluadas para así mantener la creencia de que el sexo masculino es el poderoso y las mujeres el grupo biológicamente inferior. (4)

Volveremos a tocar este tema referente al humor y las emociones femeninas en las fases perimenstruales...

Referencias:
1. Chalmers, A.F.. 2000. ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? Madrid: Siglo Veintiuno Editores.
2. Freud, S. 1908. "Teorías sexuales infantiles" en http://www.biblioteca.org.ar/libros/211796.pdf
3. Freud, S. 1914. "Introducción del narcisimo" Obras Completas. Tomo XI. Buenos Aires: Amorrortu, 1993.
4. Delaney, J. et al. 1988. The Curse: A Cultural History of Menstruation. Champaign, IL: University of Illinois Press.
5. El álbum de nuestros "100 Hechos Menstruales" en https://www.facebook.com/media/set/?set=a.499419010144070.1073741833.226735054079135&type=3

Helecho Verde - "Es un hecho"
"Menstruación Consciente, consiente tu vientre"
www.helechoverde.com

jueves, 27 de marzo de 2014

7 Datos sobre los árboles y su importancia para la vida


Hace algunos meses el botanista francés Francis Hallé lanzó el libro Du bon usage des arbres (Del buen uso de los árboles), que propone prestar atención a la importancia que tienen estos en inmensidad de espacios de la vida.

Desde el diario inglés The Guardian comentan el libro y repasan algunos datos que pueden encontrarse en el mismo, develando hechos interesantes y poco conocidos sobre el fascinante funcionar de los árboles y sobre los servicios que proveen a la humanidad.



Acá repasamos algunos:

-Longevos. Mientras un ser humano está ‘programado’ para morir, un árbol puede vivir cientos de años. Una especie determinada, el plátano, es “prácticamente inmortal”, según el botanista, si no se enfrenta con accidentes, enfermedades o humanos.

-Auto-suficientes. Los árboles resuelven sus propios problemas sin moverse: necesitan poco para vivir (agua, luz y nutrientes) y enfrentan a sus enemigos creando químicos (como moléculas que ahuyentan a ratas e insectos), algunos de los cuales se utilizan en la medicina (como el taxol para combatir el cáncer). Además, distribuyen sus semillas alrededor y expanden sus raíces para reproducirse por sí mismos.

-Extensos. La superficie activa de un árbol es mucho más extensa que lo que denota su tamaño: si se mide la superficie de cada hoja de ambos lados, la del tronco, ramas, raíces y filamentos absorbentes de las raíces de un árbol de 15 metros de alto, ésta puede llegar a cubrir 200 hectáreas. Toda esa superficie respira y permite respirar a los humanos.

-Anti-tóxicos. La facultad de los árboles de absorber dióxido de carbono es conocida, pero lo que quizá no se sabe es que éstos también ‘limpian’ el aire de contaminantes como metales pesados, plomo, manganeso, hollín, y óxido nitroso, que se almacenan en la madera (mientras más viejo el árbol, mejor controlador de contaminantes).

-Tranquilizantes. El movimiento de las hojas de los árboles, especialmente en las especies coníferas, despide iones negativos que, se supone, tienen efectos beneficiosos en la salud y el humor de las personas.

-Subterráneos. Las raíces de los árboles son usualmente más largas que las ramas. Además, junto con el suelo, dan vida a hongos, líquenes, helechos, plantas epífitas, insectos, gusanos y hasta mamíferos.

-Urbanos. Aunque usualmente se piensa a los bosques como espacios alejados de la ciudad, el proteger la forestación y plantar árboles en zonas urbanas es esencial para asegurarnos de que estos espacios sean más frescos y agradables para vivir. Los árboles urbanos preservan el suelo, contienen inundaciones, proveen energía y producen comestibles.

A pesar de todas estas increíbles funciones que los árboles aportan, los seres humanos todavía no hemos aprendido a cuidarlos: se estima que la mitad de los bosques del mundo fueron destruidos en el siglo XX. Desde 2000 a 2005, desaparecieron del planeta 20 mil hectáreas de bosques por día.

Existen esfuerzos de reforestación, como el programa REDD de Naciones Unidas, que propone mitigar emisiones de carbono por medio de la restauración de bosques. Se estima que plantar árboles podría compensar 15% de las emisiones de carbono globales en la primera mitad del siglo XXI.

El libro Du bon usage des arbres está orientado a planificadores urbanos y a políticos influyentes para que puedan promover políticas de conservación y de promoción de las forestas.

Un último dato interesante mencionado es que, aunque usualmente se dice que una persona tiene que plantar un árbol en su vida para sentirse satisfecho, se estima que se necesitan 10 árboles para crear el oxígeno que necesita una persona para respirar por un año. Ustedes, ¿ya plantaron alguno?

Fuente: http://blogs.tudiscovery.com/treehugger/2012/01/7-datos-que-no-sabias-sobre-los-arboles-y-su-importancia-para-la-vida-.html

martes, 25 de marzo de 2014

Abrazos y Salud Emocional


Se dice que necesitamos 4 abrazos al día para sobrevivir, 8 para mantener nuestro equilibrio emocional y 12 para recorrer el camino del crecimiento.

Si bien los científicos no han comprobado el número de abrazos necesarios para sentirnos bien, lo que han comprobado mediante distintos experimentos es que la ausencia de contacto físico amoroso aísla al individuo emocional y socialmente.




La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y posiblemente el más sensible; la piel también señala nuestros límites, límites que pueden convertirse en barrera sino nos comunicamos a través de ella.

Fuera de toda connotación sexual, dar y recibir abrazos nos aporta muchos beneficios; te contamos algunos:
1- Al arroparnos, un abrazo nos proporciona seguridad y confianza.
2- Nos proporcionan consuelo y por ello nos ayudan a recuperarnos de la nostalgia y la tristeza.
3- Favorecen la expresión emocional no verbal, nos ayuda a comunicarnos sin palabras.
4- Rebajan el nivel de estrés y la angustia.
5- Nos ayudan a conectar con los demás, facilitando la comunicación afectiva y el sentimiento de empatía.
6- Al generar bienestar, mejora nuestro humor y ahuyentamos el pesimismo.
7- Son de gran ayuda para superar bloqueos físicos o emocionales.
8- Dejamos de sentirnos solos para sentirnos sostenidos.
9- Generan un sentimiento de agradecimiento.
10- Cada vez que damos un abrazo… ¡recibimos otro!

Cómo debe de ser un abrazo

El contacto físico tiene muchos modos de expresarse dependiendo de las culturas, la educación y las creencias de las personas. Así pues, pide permiso para dar un abrazo. Si necesitas uno, pídelo y explica como quieres recibirlo.
Al desbloquear tensiones es fácil que suspiremos fuertemente, tengamos ganas de llorar, o emitamos otros tipos de sonidos que expresen placer o alivio. Es normal y comprensible, permite que la emoción aflore sin vergüenza.
Hay abrazos cortos y eternos… Un abrazo dura lo que dura tu necesidad de el, un pequeño gesto hará entender a quien te abraza que debe devolverte tu espacio. Concluye tu abrazo con un agradecimiento sincero.

Parto Lotus en hospital (El nacimiento de Leonardo)

Por: Maria Elena Strozzi*

Mucho antes de que Leonardo fuera siquiera concebido, decidimos que el gran regalo que queríamos darle a nuestro bebé sería que tuviera un parto Lotus. Escogimos este regalo particular porque parecía en línea con nuestro deseo de darle a nuestro bebé la transición más gentil y amorosa del vientre materno al mundo. Mucha gente no sabe lo que el parto Lotus es porque no se ofrece en los hospitales, donde más gente acude a tener a sus bebés. El parto Lotus es una elección que típicamente se toma por personas que están buscando alternativas a las prácticas actuales de nacimiento en nuestra cultura. 

Estábamos planeando darle la bienvenida a nuestro bebé en la comodidad e intimidad de nuestro propio hogar, pero por razones más allá de nuestro control terminamos en el hospital. Como quiera, tuvimos éxito en ofrecer a nuestro hijo este precioso regalo. El parto Lotus es posible dentro de un hospital y a nosotros nos cambió totalmente la experiencia.



¿Qué es el Parto Lotus? Simplemente, el parto Lotus es la práctica de dejar el cordón umbilical intacto en el bebé después del parto. Esto significa que en la práctica, el bebé estará unido a su placenta hasta que ésta se caiga naturalmente (un proceso que lleva entre 3 y 5 días), en vez de cortar el cordón umbilicarl. Sí, eso significa que como madre o padre tendrás que cargar con la placenta del bebé hasta que ésta decida desprenderse. Y sí, significa que hay que organizarse para maniobrar con la placenta durante los primeros días, después de un proceso mucho más delicado de parto y posparto (e incluso diremos, desafiante). 




Pero, ¿por qué alguien querría hacer los primeros días del posparto aún más desafiantes? Como si el procesar el hecho de que ahora somos padres y que tenemos que ver cómo nos las ingeniamos para hacernos cargo de este pequeño ser que ahora depende de nosotros, no fuera ya suficientemente intenso. Bueno, hay muchos beneficios, no todos ellos científicamente comprobado porque hace falta mucha investigación, pero de cualquier forma decidimos darle oportunidad al parto Lotus. 




El número uno en la lista, que por cierto no fue la razón menos altruista, es que los bebés Lotus lloran menos. Me refiero a que vamos, si alguien te dijera, que tu bebé estará más calmado, feliz y cómodo, ¿no lo harías? Hemos leído algunos libros, bastantes artículos e historias en la materia, e incluso las parteras en nuestro hospital estuvieron de acuerdo; los bebés Lotus están más tranquilos y en paz, son bebés que lloran menos. En comparación con todos los bebés que se quedan en el hospital alrededor de 6 días, puedo decir que esto es verdad, Leo lloró muchísimo menos. 




La razón por la que los bebés Lotus lloran menos fue nuestra razón número 2 en nuestra lista: El parto Lotus salva al bebé de la experiencia estresante de estabilizar sus sistemas energéticos. Tal vez has escuchado de los chakras, los 7 centros energéticos del cuerpo de acuerdo a las tradiciones orientales. Tal vez has escuchado del aura, el campo de energía sutil que rodea el cuerpo. Bueno, la historia cuenta que cuando un bebé está gestándose dentro de la mamá, é´l y su placenta son uno y el aura se forma alrededor de ambos. Cuando el bebé nace y el cordón umbilical es cortado, le sesgan súbitamente de su placenta. Su aura se corta en dos. Ahora el bebé tiene que desviar recursos energéticos de otros lados para reparar tu aura dañada. 





Cuando el cordón umbilical deja de pulsar, por unos 5 o 10 minutos después del parto (durante ese tiempo el bebé está recibiendo las últimas oleadas de sangre y células madre), la placenta ha terminado oficialmente su trabajo en asistir y mantener al bebé en su crecimiento físico. El parto Lotus, en teoría, es sobre dejar que la placenta termine también su trabajo en asistir y acompañar espiritualmente al bebé, para su óptimo desarrollo. Si la placenta se deja acoplada al bebé después del nacimiento, gradualmente transferirá su energía vital sutil, para que el bebé complete su aura. El parto Lotus, es esencialmente una transfusión de energía sutil de la placenta al bebé. Cuando este proceso se completa, y el bebé se siente en su propia unidad, es él quien decide dejar ir a su placenta. Leo decidió patear su placenta en un cambio de pañal, 5 días y 3 horas después de su nacimiento.



Mientras estaba conectado a su placenta por esos primeros 5 días, efectivamente tuvimos que ser mucho más cuidadosos cuando movíamos a Leo para cambiarlo o alimentarlo. Para muchos esto es un inconveniente, pero para nosotros era una parte del proceso que nos atraía mucho. El parto Lotus también te lleva a ralentizar las cosas un poco, a que te tomes todo con más calma, a saborear la experiencia de acompañar al bebé a acostumbrarse a su nuevo mundo fuera del vientre. Después de todo, absolutamente todo lo que está viviendo el bebé es de lo más intenso y sus sentidos están increíblemente nuevos. El que tu bebé tenga su placenta por unos días más te obliga de cierta forma a que tu también te lleves la experiencia con calma. Es una forma de extender un poco más esas preciosas horas de enlace con tu bebé después de su nacimiento por los primeros días. ¿Cuántos amigos y familia querrán acercarse y acompañarte a tí, pareja, bebé y placenta? El parto Lotus es una gran forma de hacer que los días siguientes al nacimiento se vuelvan sagrados para mamá, papá y bebé, dándoles el tiempo y el espacio para procesar el gran cambio del que están siendo parte. 





Sin pensar ya en todo lo diferente que pudo haber sido el parto en casa, puedo decir honestamente que en el hospital, nuestra experiencia Lotus fue increíble. El día que Leo nació, conoció a su mejor amiga, su placenta. Normalmente la placenta se lava y se limpia de cualquier coágulo de sangre inmediatamente después del parto, antes de ser salada para evitar que se pudra. De alguna forma, en el hospital hicimos las cosas un poco a nuestro modo, en la sala de expulsión. En vez de lavar la placenta de inmediato, la pusimos en un recipiente, la cubrimos con sal y nos fuimos a nuestra habitación. Dejamos a Leo desnudo y estuvimos cargándolo entre él y yo, manteniéndolo piel con piel (incluso cuando dormimos) por unas 20 horas. 




Para el momento en que le dimos su primer baño debajo de la llave, lavamos y volvimos a salar la placenta, y tomamos algunas fotos. Yo tomé la oportunidad de checar brevemente la placenta, como si estuviera haciendo su llegada al mundo, pues ésta era la primera y única vez que podríamos echarle un vistazo e inspeccionar este órgano mágico. Es algo que poca gente se da la oportunidad de ver, un órgano temporal que sustentó y nos protegió mientras nos convertimos en madres y ellos en hijos. Algunas culturas honran y respetan a la placenta  
(http://www.birthtoearth.com/FAQs/Placenta+Traditions.html), mientras que en la nuestra se va literalmente a la basura. Después de todo, estaba sólo haciendo su trabajo. Sí, pero eso no significa que no podamos tomar unos momentos para mirarla con gratitud. ¡Gracias placenta! Gracias por pasar a mi bebé todos los nutrientes y filtrar todos los tóxicos. Gracias por haber sostenido el aliento de la vida. Gracias por ayudarle a mi bebé a crecer con todos sus deditos de manos y pies. ¡Gracias!




Además del viaje diario al consultorio para chequeos con el pediatra, Leo y su placenta siempre estuvieron con nosotros en el cuarto de hospital. El cordón umbilical estaba vibrante los primeros días, pero comenzó a secarse y se puso muy duro alrededor del tercer día. En el cuarto día en el hospital, el día que esperábamos irnos a casa, Leo fue conectado a otro cordón, que lo conectó a fototerapia para ayudarle a bajar sus niveles de ictericia. En el quinto día en el hospital, que fue Navidad, lloramos un poco al tener que poner a Leo en la incubadora para una fototerapia más intensiva. Ayudaba saber que al menos, no estaba del todo solo ahí, pues su placenta le dio compañía todo el tiempo. Pasó todo su sexto día ahí también, además de sus pequeñas pausas para amamantar cada dos horas. Para las 10 pm Leo pateó su placenta. A la mañana siguiente, nos dijeron que su ictericia estaba bajo control y que podíamos irnos a casa. Parecía que Leo lo sabía aún antes que nosotros. 





No queríamos solamente ser diferentes o hacer algo loco, peligroso o muy alternativo. En realidad queríamos hacer algo especial para nuestro hijo. Queríamos hacer todo lo que pudiéramos para dar a nuestro bebé el mejor comienzo posible en la vida. El nacimiento es un gran cambio para un ser tan pequeño. Ir de un total apoyo para la vida a tener que integrarse a un remolino de estímulos a través de unos sentidos supersensibles y solamente llorar para comunicarte, no es cualquier cosa. Elegimos dejar su cordón umbilical intacto porque creímos que podría hacerle más fácil esa transición. No podemos probar científicamente que así fue, pero sentimos que sí ocurrió. Solo porque no puedes ver algo, no significa que no exista. Sólo porque la ciencia no se ha tomado el tiempo de examinar algo, no significa que no exista. 





A mí como mamá ciertamente me lo hizo más fácil. El no poder darle a nuestro hijo el parto en casa que queríamos, teniendo que extender nuestra estancia en el hospital por sus altos niveles de ictericia, ponerlo en la incubadora por dos días... estaba lejos de lo que esperábamos como experiencia para Leo en sus primeros días de vida. Para mí fue confortante saber que al menos estaba siendo acompañado por su parto Lotus. Me sentí tan orgullosa y aliviada, cuando finalmente se quitó su placenta. Sentí como si finalmente hubiera llegado. Fue maravilloso realmente poder cargarlo, abrazarlo y besarlo por primera vez, sin ataduras. 




Desde nuestra experiencia, el parto Lotus estuvo muy bien dentro del hospital. Como sabemos, el protocolo hospitalario dicta que, por rutina, hay que cortar el cordón umbilical inmediatamente después de nacido el bebé. Hay muchos hospitales en donde el parto Lotus no es posible simplemente porque no entra en el protocolo. Después de todo, el corte del cordón se acepta en los hospitales porque acelera los procesos y hace la vida más fácil al personal del hospital. El parto Lotus no es sobre cómo hacerle la vida más fácil al staff del hospital, sino el hacerle la vida más fácil al bebé (lo que como consecuencia, le hace la vida más fácil a los padres). Tal vez el protocolo hospitalario podría cambiar si más y más padres expresaran su interés por esta práctica. El parto Lotus no es para todos, pero creo que sería muy bueno si al menos todos supieran que existe y que fuera una opción disponible. Yo lo elegiría de nuevo sin pensarlo.  




*Publicado originalmente en http://webecomethree.com/2014/02/16/leonardos-hospital-lotus-birth/ 
Traducción de Helecho Verde

lunes, 24 de marzo de 2014

Ficciones Menstruales: Episodio 0, temporada I. Jimena (Por Orfa Alarcón, ilustraciones por Elisa Malo)




Arte: Elisa Malo
Bajo mis pies hay una balanza y en cuanto descubro que es demasiado pequeña para que yo quepa en ella (porque es diminuta, de esas de cocina, para anoréxicas, para pesar medio tomate y racionarlo durante dos días) me pregunto si soy un trozo de queso, un puñado de arroz... pero miro mis brazos blancos y al alzarlos una enorme escalera que sube al cielo (sí, como la de Jacob) se está llevando a un niño de algunos 10 años. Un pecoso y pelirrojo niño se va al cielo. Sin dramas ni estremecimientos de por medio. No siento tristeza, me alegra que se vaya. Pero él corre tras la escalera que se aleja, jadea, estira sus brazos que aunque son largos no le alcanzarán para nada. Entonces es eso. Él tiene un hijo y yo no lo sabía. Por eso las desatenciones y la inconstancia conmigo. Él y sus largos brazos morenos desean abrazar a un niño, no a mí aunque también soy pecosa y pelirroja. Estoy vestida de blanco y la escalera hace un ruido que no me deja percibir que él me llama.
Su ringtone. Una canción elegida al azar para saber cuando él marca y que se ha convertido en una línea de esperanza. Me atraviesa directo el pecho y me toca el corazón cada que la escucho.
No alcanzo a contestar y dudo, como si tuviera 15 años: ¿deberé marcarle? Otra vez esa punzada, doliente y luminosa sobre mi pecho. Me aclaro la garganta y contesto. Me avergüenza confesar que estaba dormida. Me siento tan ridícula cuando me pregunta que ni puedo negarlo. Se ríe de mí y me siento más tonta. Cuando me dice que es normal, formo parte de ese grupo de millones de mujeres que quieren ser distintas a las demás. Cuando me dice que es natural me siento tan poca cosa: he cedido a mis instintos más básicos y naturales, he perdido toda razón y juicio. Una luz me atraviesa el pecho cuando soy consciente de eso.
Él habla y yo callo. Dice de la fiesta de la amiga que tenemos en común y yo accedo. Él olvida que íbamos a pasar la tarde juntos, encerrados y juntos, y yo no reniego.
Hay una cama king size con un edredón blanco. Inmaculado. Mi lugar favorito en el mundo, para mi actividad favorita en la vida: dormir. Levantarme de ella es un esfuerzo más mental que físico porque no quiero abandonarla. La ducha es una horrible manera de terminar de despertar.
Frente al espejo tengo la misma revelación que sobre la diminuta báscula: no quepo en ningún lado. Los vestidos de algodón frescos y sueltos me aprietan exhibiendo la forma de mi carne. La exagerada forma de mi carne. Maldigo la hora en que le dije que sí, porque ni siquiera hay un par de zapatos donde pueda meter los pies, porque no hay rubor que alcance a afinar mi rostro devolviéndolo a su tamaño habitual. Mi cuerpo es tan distinto que no sé a quién miro en ese espejo.
Por haber aceptado ahora debo conocer a sus amigas, los novios de éstas, los papás, no sé cuánta gente. No quepo en ningún vestido y quiero volver a dormir, entonces en mi pequeña balanza imaginaria evalúo qué es peor: quedar como una pusilánime ranchera que no puede relacionarse con la gente, o verme enorme en ese vestido azul celeste, el único que me queda.
Sandalias bajitas y una hora de maquillaje repitiéndome que hay pocas ocasiones en las que podemos coincidir en público, que hay pocas oportunidades para conversar frente a todo mundo, pocos eventos de amigos en común en donde no se verá fuera de lugar ninguno de los dos: sólo somos personas que se conocen y coinciden porque la ciudad es pequeña.
Conduzco sin muchas precauciones, nada más quiero llegar aunque no lo parece cuando al fin me estaciono y comienzo a caminar: lo hago como pato y realmente quisiera ser invisible. Pero no hay manera de pasar desapercibida porque hay mucha gente a la cual sortear. La cumpleañera es amiga mía y desafortunadamente conozco a toda su familia. Las señoras, sobre todo, son infranqueables: que si la panza, que cuántos meses, que cuántos kilos, que cómo llegué sola, que si manejo, que si las náuseas y yo quiero decirles que sí, que me dejen pasar, pero ellas solas, como un cardumen que me rodea, me van llevando hacia las mesas, hacia la necesidad de desviar la mirada para no evidenciar que ya lo descubrí sentado junto a una chica de cabello negro intenso, que ya vi ese gesto de atención hacia ella, esa sonrisa.
La incomodidad de ocultar una mueca, de ocultar que me asfixian, de un vestido que me hace quedar como un globo aerostático, el maquillaje que se va con el sudor de mi rostro y se resbala por la comisura de mis nervios.
—Nena, pero siéntate —me dice una de las tías, apurándome hacia la mesa donde los señores se levantan.
Tomo la silla de él. Lo beso en la mejilla para no comerle la boca delante de todos. Me presenta a la chica y al instante olvido el nombre. Roberto se aleja para traer otra silla y me deja sola con la muchacha y los lugares comunes de la mesa: la belleza de la maternidad, el brillo en los ojos, la dicha, la vida. Las preguntas, las mismas: cuántas semanas, el sexo, el nombre. ¿No es demasiado personal preguntar el nombre de alguien que aún no ha tenido la oportunidad de asomarse al mundo?
Cuando me levanto al baño no sé cuál es la verdadera necesidad que me impulsa a hacerlo: si lavarme la cara y sentirme fresca, o mandarle un mensaje de texto. “¿Estuvo bien la fiesta antes de que llegara? Se ve muy aburrido todo”. Me miro al espejo y no me atrevo a mojarme la cara y terminar de estropear el maquillaje. Él no contesta. A pesar de que duermo todo el día, a pesar de los distintos colores de corrector que he tenido que aprender a usar en los ojos, el cansancio me golpea de lleno el rostro. Qué brillo en la mirada ni qué nada, comentarios de la gente para que una pueda sobrellevar la gordura y la torpeza sin correr a lanzarse a un pozo. Me acomodo el cabello, me seco el rostro con una toalla de papel. Roberto no contesta mi mensaje. Al salir del baño lo veo inclinado hacia el rostro de la chica morena, a punto de tocarle ese cabello tan oscuro. No es que su silla haya quedado cerca de la de ella, es que retomó la silla que tenía originalmente, esa donde yo me había sentado para quedar en medio de los dos.
Me niego a iniciar la retirada. Siempre deserto a la primera dificultad, sobre todo cuando se trata de hombres. ¿Pero tiene algún caso que postergue la huida? En algún momento de mi vida tuve la edad de esa chica y no necesitaba que nadie me reafirmara que el mundo me cabía en la palma de la mano. En la palma de mi mano derecha. Con un dedo de la mano izquierda podía sacudirlo y conseguirme otro.
Al sentarme, a mi gesto de molestia le doy forma de sonrisa y me integro a la conversación.
—¿Y ustedes de dónde se conocen? —pregunta ella, y le cuento de la biblioteca de la escuela, de las conversaciones sobre películas...
—Ah, tu mensaje —me interrumpe Roberto, y se pone a textear, aburrido.
La chica nos mira: a uno, luego al otro. La distraigo preguntándole a qué se dedica mientras saco mi celular de la bolsa. “Bien, ¿por qué llegaste tan tarde?”
Ella platica algo del maíz transgénico y las fatales consecuencias de su consumo. “No creo haberme perdido de nada”, contesto. Él mira con indiferencia su celular y sigue conversando con ella.
En este momento emprender la retirada sería visto como hacer un berrinche.
Nos sirven de cenar y él come de mi plato sin siquiera darse cuenta. Hay una fina complicidad que quisiera pregonar, cercanías, historias. Ella es mujer, ella lo ve todo. Me gustaría que, como yo, ella también quisiera huir pero Roberto vuelve a inclinarse hacia ella, le guiña un ojo, le dice que es la más bonita de la fiesta.
Voltea y a mí también me cierra el ojo:
—A ti ni tengo que decirte nada, ya sabes cuánto te quiero, cabrona.
Mira a la chica y agrega:
—Somos amigos desde la facultad —dice como si no hubiera escuchado toda la historia que le conté a la chica acerca de cómo nos conocimos él y yo.
Ya mi dilema no es si debo emprender la retirada, sino de qué manera me vería menos mal al hacerlo.
Suena mi celular y, aunque no contesto, finjo que lo haré para tener pretexto de levantarme de la mesa. Se pierde la llamada y busco a la cumpleañera, le digo cuán maravillosa ha sido su fiesta y que debo retirarme, el cansancio, los ataques de sueño, no debo conducir tarde y en esas condiciones, esas cosas. No miento: el sueño pega de manera aún más fuerte en medio de las situaciones incómodas.
Texteo “¿Te estorbo?” camino a mi mesa. Dudo. Envío. Me arrepiento inmediatamente. Él no ha visto el celular, así que aprovecho para darme la vuelta. Me interceptan las señoras (¿acaso tías, madrinas, algo de mi amiga la cumpleañera?) y sólo digo que voy a la camioneta por algo olvidado. Cuando estoy por arrancar Roberto sale de la quinta, cruza la calle corriendo, y no ha sido el vestido, el cardumen ni las preguntas sobre el peso sino ese, el momento más penoso de la noche.
¿Llorar en ese momento? ¿En serio? Llorar en ese momento hubiera sido lo peor. Bajo la ventanilla sabiendo que él va por una disculpa.
—¿Qué pasó?
Roberto ni siquiera pregunta. Afirma y los demás debemos responder.
Sorry, se me fue.
—No, ¿pero qué pasó? Por qué preguntas si estorbas y te vas así, cuando estamos platicando todos bien.
¿Llorar en ese momento? ¿En serio? Opto por gritar.
—¡Porque me enojé, porque las malditas hormonas me ponen de mal humor, por eso! ¡Tengo sueño y estoy cansada!
Enciendo el auto. Roberto abre la puerta y extiende su brazo para sacarme de ahí. Tomándome del codo me lleva al lado del copiloto. Entonces se sienta, toma las llaves y comienza a conducir. A pocas cuadras se estaciona y yo, que sigo estando por llorar, prefiero gritar de nuevo:
—¡Y ya sé que lo nuestro es puro sexo, y que estoy fuera de la jugada! ¡Me sentí mal, me enojé, qué quieres!
Roberto me rodea con sus brazos y busca mi boca.
—¡Si no cojo con mi marido mucho menos voy a coger contigo! —le grito al empujarlo.
Entonces es cuando lloro y le exijo que salga del auto pero en lugar de eso conduce, me lleva a su casa. Adentro nos acostamos solamente para abrazarnos. No ha dicho nada en todo el camino ni al llegar.
—¿Por qué traes ese auto?
Había olvidado cuánto le desagrada subirse al auto de Darío. Sólo tomé ese auto guiada, como últimamente hago todo, por la comodidad. Es relativamente fácil subir y bajar de él mientras que la camioneta, con mi exceso de dimensiones, me resulta una cosa inaccesible. “Torpe” y “gorda” son las únicas palabras que me definen últimamente y, aunque son obvias, no quiero pronunciarlas frente a él.
—Mi camioneta está en el taller, me la entregan el... estupideces domésticas, no importa...
—Claro que me interesan tus estupideces domésticas. Lo nuestro no es puro sexo... —me interrumpe al mismo tiempo que yo no quiero entrar en un laberinto de mentiras.
Nos quedamos dormidos después de que me lame los senos. Semana tras semana mi sueño es más profundo. En el abismo del subconsciente, mi cuerpo ya no está intervenido ni habitado por nadie más que por mí: soy y soy hermosa. Mi hijo por fin ha dejado de invadirme. Roberto es mi hijo y yo cabalgo sobre él.
En la madrugada mi celular suena y yo creo que es la alarma. Opto por la opción “No”. A todo que no. Suena algunas veinte veces, con distintos intervalos de diferencia. Roberto se fastidia y dice que si no contesto, contestará él. Al otro lado de la línea Darío me pregunta si ya estoy cerca.
—¡Ya! Hay mucho tráfico pero ya voy para allá.
Me pregunta si me quedé dormida. No quiero admitirlo porque entonces tomará un taxi para llegar a casa. Insisto en que estoy por llegar. Cuelga.
—¿La solución más lógica no es que se vaya del aeropuerto a su casa en taxi?
—Esa es la solución más estúpida: llegaría a casa antes que yo.
Me lavo la cara y meto mis senos en el vestido. Son como ubres. No debí dejar que Roberto los viera. Me siento molesta y camino lo más rápido que puedo hacia la puerta, revisando una vez más que el vestido me cubra completa.
Mirar su rostro es como mirar a Dios. Así se lo digo:
—Mirarte es como mirar a Dios.
Se ríe. Ni siquiera le explico que al mirarlo veo el rostro de mi hijo. Dios es el que ha sido, el que fue, el que será. Mi hijo, que siempre ha habitado dentro de mí, nacerá hermoso y perfecto. Dios. La mañana resplandeciente del nombre de mi hijo se ve rota por el comentario de Darío: en Cancún vio una película que está seguro me encantará: se trata de unos niños ricos a quienes el papá les hace creer que han perdido todo para hacerlos madurar y darles una lección de vida.
Como él ahora conduce, me descalzo. Toda sandalia es una tortura. Mis pies, sobre la alfombra, se estiran, se recuperan.
—Aunque es comedia, te deja reflexionando. Hace una crítica social muy fuerte, es como esas películas que te gustan.
Dicen que no puedes amar a dos personas al mismo tiempo. Cuando Darío hace comentarios así de estúpidos yo también lo creo.
Entonces me distraigo en su cabello, en que está perfectamente afeitado y peinado a las ocho de la mañana. Su traje no tiene una sola arruga. Toco la manga de su saco, aunque estamos a altas temperaturas de calor, él nunca dejaría de estar impecable. Él también se fija en mi ropa y me pregunta por qué fui vestida así al aeropuerto:
—Estaba tan cansada que me quedé dormida con la ropa que traía puesta ayer.
Cuando me pregunta quién estuvo en la fiesta menciono pocos nombres, el cuarto que menciono es el de Roberto. Ni siquiera hacía falta mencionarlo, Darío no lo conoce, pero uno dice un nombre por sentir sobre la lengua el peso de los besos.
—¿El que dices que estuvo contigo en la prepa?
—Facultad.
Arte: Elisa Malo
Un ceño casi imperceptible cruza la frente de Darío. Con los años he aprendido a detectarlo porque son pocos los que lo perciben. Darío, sobre todas las cosas, es un buen jugador. El alarde es su máscara, la serenidad su mejor carta. Darío es un semáforo en verde eterno, un verde que, sin parpadear ni pasar por el amarillo se muestra de pronto en rojo.
Entonces me pregunta por las tías, sus amigos, si el papá de la cumpleañera me había comentado algo de unos permisos.
—Sólo estuve un rato, fui por puro compromiso.
—Necesito que te obligues a salir más, mañana me voy a Guadalajara. Ahora que estoy cerrando tratos no puedo quedarme en la casa a hacerte compañía.
Sus uñas son perfectas. Cada que las miro deseo tenerlas marcándome los senos. Sus dedos largos me inquietan.
—Me obligué a ir, no creas que fui por gusto.
—Sí, pero no estás haciendo lo que te dije: que no salieras sola, y menos en ese estado.
“Ese estado”. Ese lejano y ajeno estado. Darío no sabe nada. Darío, que es Dios, se ha convertido en una oblea que de la lengua me ha bajado a la vulva. Y me ha lamido hasta perder toda fuerza, toda voluntad.
—Mañana temprano te va a visitar mi mamá para que por fin de una vez terminen de decorar ese cuarto. Necesitas enfocarte y terminar tus proyectos. También ya le dije que quiten todo lo amarillo, parece cuarto de niña.
“Ese cuarto”.
Desde la primera vez que nos acostamos deseé que fuera mío, luego las cosas se pusieron al revés.
Él es hermoso y perfecto. Como mi hijo.
Me cuenta que de compañera de asiento le tocó una chica que no paraba de hablar.
—¿Y cómo era?
A mí también un gesto imperceptible me cruza la frente, el cráneo, un gruñido inaudible la garganta.
—Así muy alta, de ojos grandes.
—¿Bonita?
—Sí.
Me gustaría saber cómo lo miran las mujeres a mi Sid Vicious cuando yo no estoy. Cuando me encuentro a su lado, lo miran como si yo fuera invisible. Me atraviesan con los ojos con tal de llegar a él.
Mi Sid Vicious de cabello negro y piel muy blanca. No quiero que ninguna Nancy se lo lleve con ella.
—¿Y era rubia la chica?
—De pelo pintado.
Si una Nancy viene por él, Darío Sid no dudará en irse.
—Yo te amo.
Responde guiñándome el ojo. Dice que no puede creer tanto desarreglo de mi parte. Lo mismo: que estaba cansada, llegué y me dormí. Que nunca ha visto que me duerma con maquillaje.
—Mis hábitos de sueño están muy alterados, ya deberías tenerlo claro.
Entonces me pregunta si estoy deprimida.
Quiero desnudarme y mirarme los senos. He sabido de mujeres que se operan para ser talla 34C. Yo lo soy y lo odio. ¿Y si Roberto me dejó alguna marca? Jugábamos a marcarnos el cuerpo, Darío y yo, como propiedades que somos. Como ganado. Que soy.
—¿Qué tienes en el cuello?
Me sobresalto. Darío me sujeta de la muñeca y me dice que no puede ser que viva en la ensoñación perpetua.
—Tienes algo como un moco, límpiate, por favor.
Bajo el espejo del lado del copiloto. Tomo toallas desmaquillantes de mi bolso y comienzo a limpiarme el rostro, los labios de Roberto, las manos en las mejillas.
—Me siento muy sola —digo de pronto sin saber por qué y sin tener control sobre nada comienzo a llorar.
Otra vez los mocos, la sal, la suciedad en mi rostro y mi vestido.
El consuelo que me ofrece Darío es que mi suegra se quedará conmigo las noches que él no esté. Cuando intento convencerlo de que no es necesario, me contesta que no me lo está ofreciendo como una opción.
Hay sensaciones tan intensas que se perciben sólo en un tiempo posterior a cuando sucedieron. El fresco del mosaico de la cochera. La sensación de aire y liberación al salir del auto de Sid Vicious. El espacio abierto que tanto amo de esta casa.
De sólo pensar en mi propia cama, la felicidad me resulta cercana.
—¡Los zapatos, Jimena, por favor! —me grita Darío en cuanto se da cuenta.
Regresa al auto para bajar mis sandalias y cuando está por arrojármelas, grito.
El ardor. La sangre. El dolor. Al levantar el pie un reguero de sangre es como el señalamiento de un camino de vidrios. Tengo un vidrio incrustado donde se unen dos dedos de mi pie. Estoy por desmayarme del dolor y Darío corre a sujetarme. También se acerca corriendo el vigilante. Me sientan en el interior del auto, con el pie de fuera para no manchar los interiores y ahí se olvidan de mí.
Arranco el vidrio de mi pie y el chorro de sangre aumenta. Volteo para pedir una gasa o una servilleta pero ellos están muy ocupados.
Vigilante y esposo revisan la ventana. El encargado de la seguridad le cuenta algo a Darío y el gesto de desagrado e ira en mi marido ahora son de lo más evidente. Golpea cosas, grita, exige. Descubre la puerta principal forzada. De una patada la avienta y hace que se cimbre toda la casa. Cuando está por entrar, duda. Retrocede. Voltea al auto y me mira con odio. Camina hacia mí y sólo le falta un bat en la mano o una pistola para completar la escena amenazante.
—No hubo vigilante de las 12 a las 5 de mañana. Cuando éste entró ya la ventana estaba rota y la puerta forzada. Te marcó incontables veces al celular. Dónde chingada madre estuviste.

Originalmente publicado en la revista digital Vice, Especial de Ficción 2013

sábado, 22 de marzo de 2014

Increíbles fotografías de las estrellas tomadas por Lincoln Harrison

Lo que sigue son fotografías del australiano Lincoln Harrison, quien capturó imágenes de las estrellas en fotografías de larga exposición. (Originalmente publicadas en The Daily Mail UK)   Originalmente, compró su cámara Nikon D31000 para tomar fotografías de objetos que pensaba vender en línea en eBay, pero descubrió que podía hacer cosas  más interesantes.  Una semana después, se había convertido en un entusiasta de la fotografía. Pasó más de 15 horas en condiciones invernales para conseguir el tiro perfecto de una noche estrellada, documentando los fuegs artificiales naturales en el cielo de la noche, ayudado por la rotación de la Tierra y el tiempo, invisibles a simple vista.  
Shooting stars: Photographer Lincoln Harrison spent up to 15 hours taking these long exposure pictures over Lake Eppalock near Bendigo in Victoria, Australia
 Lago Eppalock cerca de Bendigo en Victoria, Australia

Ghostly: A gnarled old tree comes alive with the swirl of stars
Un árbol toma más vida rodeado de un espiral de estrellas.
Stunning pattern: Lincoln created these remarkable pictures of stars moving across the night sky

Light over the lake: Sun starts to rise over Lake Eppalock in Australia
El Sol comienza a salir sobre el Lago Eppalock en Australia
Reflection: Light from stars darts off the calm waters
Mirror image: Colour spills over a rock as sun sets across the lakeImagen espejo: El color se derrama sobre una roca al ponerse el Sol sobre el Lago.





viernes, 21 de marzo de 2014

10 cosas que debes saber sobre la Candidiasis, una infección vaginal demasiado común



1. El 75 por ciento de las mujeres experimentarán al menos una infección vaginal por candidiasis y hasta el 45 por ciento tendrá más de dos infecciones a lo largo de su vida.


2. La candidiasis, una infección vaginal causada por el aumento de levaduras en el flujo cervical, son la segunda causa más común de flujo vaginal anormal. La primera es la vaginosis bacteriana.


3. Las infecciones por candidiasis son bastante comunes durante el embarazo, quizás debido a un cambio químico en el ambiente vaginal - esencialmente, porque hay más azúcares en las secreciones vaginales y de ellas se alimentan las levaduras que producen la infección.


4. Cerca de 5 por ciento de las mujeres con infecciones vaginales por candidiasis desarrollan candidiasis vulvgainal recurrente (CVVR), la que se define como cuatro o más infecciones vaginales sintomáticas por levaduras a lo largo de un año. La mayoría de las mujeres no tiene una enfermedad médica que pudiera predisponerla a infecciones recurrentes por candidiasis.


5. La vagina de una mujer normalmente produce un flujo que podría describirse como claro o ligeramente espeso, no irritante y sin olor. Durante el ciclo menstrual normal, la cantidad y consistencia del flujo puede variar.


6. No utilices lavados vaginales internos. Este producto altera el equilibrio de las bacterias que le son normales a tu vagina.


7. Las infecciones vaginales pueden erradicarse sin tratamiento. Sin embargo, existe una pequeña probabilidad de que si no tratas una infección vaginal, podrías desarrollar una infección pélvica más severa.


8. Generalmente, no se recomienda tratamiento para la pareja sexual. No queda claro si las infecciones vaginales por levaduras son transmitidas sexualmente. Sin embargo, si la pareja es de sexo masculino y muestra síntomas de Candida balanitis -piel roja, irritada y con cmezón en la punta del pene ‘ el podría requerir ser tratado con una crema o ungüento antifungicida.


9. Los medicamentos pueden curar de 80 a 90 por ciento de las infecciones vaginales dentro ode un tiempo aproximado de dos semanas o menos, con frecuencia incluso en pocos días.


10. No te automediques. No tomes antibióticos a menos que te hayan sido recetados por un@ profesional de la salud. No tomes el tratamiento por más tiempo del que se te haya indicado. Además de destruir la bacteria que produce la enfermedad, los antibióticos también matan las bacterias “buenas” que viven en la vagina de manera normal. Sin las bacterias de lactobacillus que son normales para la vagina, las células de levaduras podrían empezar a dominar el ambiente y crecer desenfrenadamente, produciendo una infección por Candidiasis.

jueves, 20 de marzo de 2014

Seis alternativas naturales al Ibuprofeno



Se solía decir “Tómese dos aspirinas y llámeme por la mañana,” pero en la actualidad muchas personas han optado por preferir el paracetamol o ibuprofeno para aliviar inflamaciones, dolor y fiebre. Esta droga no esteroidea y anti inflamatoria, disponible sin y con receta médica, es comúnmente utilizada para tratar artritis, síntomas menstruales, dolores de cabeza y diversas otras molestias y condiciones inflamatorias y de dolor.


Efectos secundarios del Ibuprofeno


Aunque muchas personas piensan que el ibuprofeno es más bien benigno, ha sido asociado con el riesgo de padecer problemas del corazón y la circulación, incluyendo embolias y ataques de corazón, tanto como problemas gastrointestinales, tales como sangrados o perforación del estómago o tracto intestinal. Estos riesgos aumentan con el uso prolongad de esta droga, aunque el tiempo requerido para que afecta a un individuo en particular varía en función de su salud general, el uso de otros medicamentoso, edad y otros factores.

Alternativas naturales al Ibuprofeno

Se han realizado muchos estudios sobre distintos analgésicos y anti inflamatorios naturales que pueden ser usados como alternativas al Ibuprofeno. Generalemente, tienen efectos secundarios muy sutiles o ningún efecto secundario. Aquí hay algunos que podemos considerar. Siempre debes consultar a un@ profesional de la salud antes de comenzar un nuevo tratamiento. No te automediques, ni te autodiagnostiques.

Búscalos en el mercado y las tiendas naturistas. Recuerda que lxs cociner@s conscientes no compran en Walmart.

Boswellia: Este remedio anti inflamatorio viene del árbol Boswellia serrata que crece en India. Las propiedades anti inflamatorias del boswellia se atribuyen a los ácidos boswellicos que contiene. Estos ácidos mejoran el flujo sanguíneo hacia las articulaciones y previenen que las células blancas inflamatorias entren en el tejido dañado. También conocida como “Frankincense india,” la boswellia puede encontrarse como suplemento y como crema típica. Para el dolor y la inflamación, se sugiere una dosis de 450 a 750 mg cada día durante 3 ó 4 semanas.

Capsaicina: El componente activo de los chiles picantes, la capsaicin se utiliza frecuentemente de manera tópica para el dolor de nervios, músculos y articulaciones. Funciona al interferir con la sustancia P, un químico que transmite señales de dolor al cerebro. Puede encontrarse como crema tópica o como gel en distintas potencias (comúnmente 0.025% a 0.075%) y normalmente se aplica tres o cuatro veces al día. Inicialmente, puede causar picor y quemazón pero esto normalmente se reduce con el uso.

Uña de gato: Uncaria tomentosa o uña de gato, crece en Sudamérica. Contiene un agente anti inflamatorio que bloquea la producción de la hormona prostaglandina, la cual contribuye a la inflamación y dolor que se experimenta. Las dosis sugeridas son de entre 250 a 1,000 mg capsulas una a tres veces al día. Unadosiss demasiado alta puede producir diarrea.

Curcumina: La Curcumina es un componente de la hierba conocida como Cúrcuma o Turmeric y es un potente analgésico que puede bloquear proteínas en el cuerpo que producen inflamación y también detiene el neurotransmisor llamado sustancia P de enviar un mensaje de dolor al cerebro. Los estudios han demostrado que la curcumina es efectiva para aliviar el dolor crónico de la artritis reumatoide. Una dosis sugerida de 400 a 600 mg de curcumina tomada tres veces al día para el dolor y la inflamación.

Ácidos grasos tipo Omega-3: Los ácidos grasos omega-3 tienen propiedades anti inflamatorias que han probado ser benéficas para las personas que padecen artritis y otras condiciones inflamatorias en las articulaciones y también enfermedades inflamatorias de los intestinos. Los Omega-3 también reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, lo que ayude de manera especial a las personas con artritis reumatoide, la cual conlleva un riesgo mayor para la enfermedad cardiovascular. Una dosis sugerida de ácidos grasos omega-3 tal como el aceite de pescado es de 1,000 mg al día.

Corteza de sauce blanco: Esta hierba es la predecesora de la aspirina. La corteza de sauce blanco contiene salicina, la cual se convierte en ácido salicílico en nuestro estómago. La corteza de sauce blanco es mucho menos irritante para el estómago que su versión sintética: aspirina, mientras trabaja para aliviar el dolor, la inflamación y la fiebre. Una dosis recomendable es de 1 a 2 dosis de tintura de corteza de sauce blanco al día.


(Fuente: Herbs and Oils World)