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La danza del vientre se ha practicado en diversas culturas, como parte de rituales de fertilidad y abundancia. En árabe se le conoce como raks sharqi e incluye movimientos del folclore egipcio, danza clásica y contemporánea, con grandes desplazamientos, vueltas y movimientos de todas las partes del cuerpo, pero sobre todo de la cadera. En Turquía, a la danza del vientre se la conoce como gobek dans o rakasse (ritmo turco).
Hay un debate en cuanto a su origen. La teoría que la asocia a las "prácticas de alumbramiento" en virtud de una serie de movimientos del Raqs Sharqi moderno es refrendada y extendida por la bailarín marroquí y aficionada a la antropología, conocida también como Carolina Varga Dinicu, y tiene que ver con la revisión de los movimientos que se han venido utilizando para ilustrar o facilitar el alumbramiento. A pesar de que dicha teoría carece de un "punto de origen", sí que cuenta con numerosas referencias históricas de tipo oral.
Dos puntos de vista sugieren la danza gitana como su origen. Se cree que los pueblos gitanos y otros grupos humanos similares pudieron importar esta forma de baile en sus desplazamientos o adoptarlo sobre la marcha y difundirlo. Gracias a la fusión de las formas gitanas de baile con el Raqs Sharqi, estas teorías disfrutan de mayor popularidad en Occidente de la que tendrían necesariamente en sus países de origen - si bien esto puede deberse en parte a los prejuicios existentes sobre estos pueblos.
Sea cual sea el origen, la danza posee una larga tradición en Oriente Medio y África del Norte. A pesar de las restricciones que impone el Islam en cuanto a la representación pictórica de seres humanos, existen algunas muestras de ello en todo el mundo islámico. Libros como The Art and Architecture of Islam 650-1250 muestran imágenes de las bailarinas en muros palaciegos, al igual que sucede con las pinturas en miniatura persas de los siglos XII y XIII.
Aunque en el s. XIX y principios del s. XX, las bailarinas de este género eran conocidas en occidente, la presión social las censura y forman parte de un submundo exótico y prohibido. El ejemplo más conocido es el de Mata Hari, que a pesar de fingir ser una bailarina de la Isla de Java, se acercaba más a las formas de danza del Oriente Medio que a las de Indonesia. Por este y otros motivos, a principios del siglo XX, en América y Europa la idea popular llevaba a dar por supuesto que estas bailarinas eran mujeres de moral dudosa.
Hoy en día hay gran activismo por rescatar la danza del vientre por su contexto social y cultural. Además, la gran sensualidad de la danza y sus efectos beneficiosos sobre el cuerpo femenino producen una suerte de liberación física y espiritual que han provocado este boom de academias, profesoras y practicantes de la danza oriental, aunque en algunos géneros también hay bailarines varones.
La danza del vientre en la salud femenina
Los beneficios de la danza oriental son tanto físicos como mentales. El baile es un buen ejercicio cardiovascular, ayuda a mejorar tanto la flexibilidad como la fuerza. A su vez trabaja directamente sobre los centros de energía corporales, eliminando tensiones y armonizando la energía; para las mujeres embarazadas, es un excelente ejercicio para preparar el vientre antes del parto y luego de este, ayuda a recuperar el área del abdomen; estimula la femineidad. Se centra principalmente en los músculos del torso, si bien también mejora la fuerza en las piernas. Muchos estilos de baile hacen hincapié en trabajar de forma aislada los músculos, enseñando a mover varios músculos o grupos musculares de forma independiente. Los movimientos que incorporan el velo fortalecen igualmente los brazos, los hombros y el tronco superior en general, mientras que los crótalos aumentan la fuerza de los dedos, trabajándolos uno a uno. La danza oriental es apropiada para todas las edades y para personas de cualquier constitución, siendo el bailarín quien controla el nivel de exigencia física. Para muchos de sus defensores es beneficiosa para la mente, ya que fomenta la autoestima, mejora el grado de bienestar de quienes disfrutan practicándola regularmente.
Algunos médicos la recomiendan a sus pacientes para recuperarse del parto, así como preparación para el mismo, ya que los movimientos fortalecen y aportan tono muscular a la zona pélvica.
La danza del vientre es una de las formas de danza más antigua. Además de su realización en las ceremonias religiosas, también formaba parte de los ejercicios de preparación al parto, por lo que la convierte en una de las formas más antiguas de instrucción para que dar a luz fuera menos doloroso y más satisfactorio. Incluso se dice que en el momento del parto, algunas mujeres de la tribu rodeaban a la parturienta mientras realizaban la danza del vientre, para que ésta hiciera los mismos movimientos como acto reflejo, reduciendo así el dolor de las contracciones.
Hay vídeos sobre el parto natural donde se puede presenciar la mujer dando a luz de pie, bailando y dejándose llevar por la música y el ritmo natural de sus contracciones, moviendo suavemente la cadera mientras su bebé se abre camino por el canal del parto.
Para la menstruación, también es beneficiosa. Aumenta la circulación al área pélvica y ayuda a distensionar el útero, con lo cual reduce considerablemente los cólicos y molestias asociados a la menstruación. Sobra decir que estimula la producción de endorfinas, las llamadas “hormonas de la felicidad”, ayudando a mejorar el estado de ánimo en general.
¡A bailar!
No necesitas ser una experta para comenzar a bailar la danza del vientre. Algunos sencillos movimientos como parte de una rutina diaria, después de un calentamiento, serán suficientes para que comiences a moverte.
- Hacer ochos con las caderas: Con las piernas ligeramente flexionadas y separadas, y manteniendo el pecho erguido, empuja la cadera hacia el frente, lado derecho, atrás y nuevamente al centro. Luego al frente, lado izquierdo, atrás y centro. Repite alternando, dibujando ochos. Puedes mover tus brazos hacia el lado en que mueves la cadera, acentuando el movimiento.
- Mover la cadera al frente y hacia atrás: Puedes comenzar lentamente para que sientas el movimiento de tu espina dorsal y no te lastimes. Poco a poco puedes tratar de incrementar el ritmo o de hacer círculos amplios con la pelvis.
- Imitar a un perro moviendo la cola: Menear la cadera vigorosamente ayuda a fortalecer las piernas y a estimular la circulación. ¡Si lo haces con alegría también sacarás la lengua! :D
- Torsiones: da un pequeño paso con el pie derecho y empuja hacia arriba la cadera. Trata de mantener el torso en su lugar. Luego cambia y hazlo con el lado izquierdo. Enfatiza el movimiento con los brazos. Esta natural torsión de la cintura te ayuda a tener flexibilidad en la cintura y cadera, a prevenir lesiones musculares en la espalda baja y a mantener los músculos tonificados para recibir tu periodo.
Termina tu rutina haciendo algunos estiramientos en piernas, espalda y brazos, para prevenir cualquier tipo de dolor muscular después de ejercitarte.
En youtube hay varias rutinas fáciles de seguir, con las que puedes ir armando tu propio programa. Aquí te recomendamos algunos canales. Aunque están en inglés son fáciles de seguir.
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http://www.youtube.com/watch?
¡Que te diviertas!
Fuentes y referencias:
http://www.cycleharmony.com/
http://es.wikipedia.org/wiki/
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