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viernes, 16 de enero de 2015

Violencia obstétrica, un tema del que prácticamente no se habla… Y del que deberíamos empezar a hablar bastante más seguido.

De Revista Mito


Se naturalizan los lenguajes y las prácticas. Se vivencia como algo normal que el cuerpo de las mujeres sea de otros y esos otros deciden sobre él.


Para este número de Mito conversamos con la Dra. Mariana Colombres, abogada argentina que trabaja con lo que hoy tiene nombre y se conoce como violencia obstétrica. Algo que ocurre desde hace mucho pero que se encontraba tan legitimizado y arraigado en la cultura, que nadie sospechaba que se trataba de un atropello a los derechos humanos.

Mariana ColombresDra. Mariana Colombres

Revista Mito. ¿Qué es la violencia obstétrica y qué opciones existen para las personas que la sufren?

Mariana Colombres. Violencia obstétrica como termino, las dos palabritas juntas, recién hace pocos años que se las está enunciando. El primer país que empezó a hablar de violencia obstétrica a nivel legislativo fue Venezuela en el 2007. Nosotros la plasmamos en el 2009 en una ley que habla de la protección integral de la mujer, la protección en cuanto a la protección de la mujer en todo lo que tiene que ver con violencia. Violencia en sus distintos tipos, laboral, familiar… y en una de las distintas violencias que menciona, es la violencia obstétrica.

Se dice que es el trato que ejerce el personal de salud sobre la mujer y sobre los procesos reproductivos plasmándose en un trato deshumanizado, un abuso de la medicalización y una patologización de los procesos naturales.

Popularmente no hay conciencia de los distintos procedimientos que se hacen sobre el cuerpo de la mujer al momento del preparto, parto y posparto. Cómo se la trata a la mujer durante el embarazo, que hay una cierta infantilización.

Una de las obligaciones que tiene un médico es darle información al paciente. Y en general, si la mujer no pregunta, hay muchísima información que no se le da.

Muchas veces se programan las cesáreas diciéndoles a las madres cosas como vos sos chiquita y el bebé es muy grande o es más seguro que vayamos a una cesárea y evitamos -entre comillas- los riesgos de un parto natural.

Cuando vas a un hospital, independientemente si es del sistema público o privado, en seguida te das cuenta los modos de tratarlas. Se dicen frases muy hirientes y la mujer que está en un estado tal de vulnerabilidad, por ahí no tiene registro.


R.M. ¿Cuáles serían esas frases?

M.C. ‘No sabes pujar’, ‘estás poniendo en riesgo la vida de tu hijo’, ‘no estás colaborando y el bebé se te va a morir’ o ‘ahora te quejas y bien que cuando lo hiciste la pasaste bien’… Son todas frases siniestras.

Obviamente que todo depende también de la estructura emocional de la persona y no todas pueden llegar a tener registro de lo que les está pasando, pero las que si tienen registro lo viven como algo terrible porque por ahí recién se dan cuenta después de que pasó todo, y entonces ahí vienen los bajones posparto. Si bien obviamente hay una cuestión hormonal y está previsto corporalmente que puede llegar a pasar, cuánto del entorno de lo que vivió esa mujer durante el parto, puede generar ingredientes como para después tener ese resultado anímico negativo.


Yo no soy fundamentalista de nada, creo que a cada una le viene bien lo que le viene bien, a la que le viene bien la cesárea, genial; a la que le viene bien el parto natural, genial. Si me enoja, y creo que está mal, el no informar y dar todas las variantes.

Si no te informan todas las cosas vos vas a tomar una decisión acotada o circunscripta a la poca información que tenés.

Y esto va acompañado del temor reverencial, la palabra del médico es la palabra santa, no se la cuestiona. Las mujeres no tienen que dudar que cuando algo les hace ruido, tienen que hacer una interconsulta porque el medico es una persona, falible como cualquier otra, nada más que estudió. Lo que un médico te puede decir puede ser cuestionado por otro.

Por supuesto que hay médicos que son geniales, profesionales que apuestan por acompañar de verdad a la mujer, acompañar el embarazo… En el Hospital Austral hay todo un plan llevado a cabo por Beccar Varela y otros médicos dónde apuestan a acompañar a la mujer en todo el proceso, hay charlas semanales donde se apuesta a que la mujer pueda disfrutar de su parto.

También el Hospital de Morón está trabajando muy bien, trabaja con doulas. Las doulas vienen a tratar de ocupar el vacío que se produce en nuestra época, en la función [de ayuda, auxilio, consejo, etc.] que tenían en otros tiempos las mujeres de la familia de la parturienta que hoy, por la conformación de las familias, no se vive de la misma manera.

Las doulas son personas que hacen un curso, se reciben, por lo general ya han sido madres y acompañan a la mujer conteniéndola.

Pregnant woman. Teza Harinaivo RamiandrisoaPregnant woman. Teza Harinaivo Ramiandrisoa

R.M. Son como comadronas urbanas…

M.C. Exactamente, las acompañan en el trabajo de parto y en el posparto. Se supone que tienen una sapiencia del mundillo de la mujer en el momento de ser madre. Las contratas y te acompañan.

Pero esto de las doulas como lo de las puericultoras, hay que pagarlo. En el Hospital de Morón, no, ahí las doulas trabajan ad honorem, pero ojalá que con el paso del tiempo sea algo a lo que todo el mundo tenga acceso.

Yo ahora, a fin de año, me recibo de puericultora. Es un estudio que dura tres años y más que nada me llevó mi propia experiencia como madre.

Desde mi primer embarazo, apenas me enteré que estaba embarazada, algo del sistema sabía que no me cerraba. El primer parto lo tuve en un sanatorio pero fue respetado, hicimos todo el trabajo de preparto en casa, y en todo ese transcurso es como que investigué un montón el tema de los partos. Después, en el segundo embarazo, directamente ya tuve el parto en casa y ya fue como una búsqueda de los nueve meses de investigar y todo eso… Una vez que él nació sentí que tenía que canalizar toda esa experiencia y ahí empecé a estudiar para puericultora.

Pero lo que a mí me gustaría hacer en relación a eso es algo ad honorem en algún lugar comunitario. Lo hago porque me gusta y lo disfruto.




R.M. ¿Cómo convive esto de la puericultura con el derecho?

M.C. Me ha llevado a tener todo un conocimiento que lo puedo aplicar legalmente. Hace tiempo que estoy trabajando con mala praxis obstétrica y con violencia obstétrica, y eso me lleva a tener una especialización muy diferente a la de cualquier otra abogada.

R.M. Te da una sensibilidad muy especial.

M.C. Sensibilidad y conocimiento.

 R.M. ¿Cómo llegan las mujeres a denunciar, cómo se da cuenta alguien que está siendo víctima de violencia obstétrica?

M.C. La mayoría no lo sabe. Yo creo que todo lo que tiene que ver con la maternidad es como que no está tan cuidado. Si le das la teta hasta los dos años sos una fanática, una talibana de la teta. No los tenés que alzar mucho a upa porque se mal crían… Creo que hemos adolecido de un descuido hacia los bebés y los niños.

Creo que esa violencia está instalada, en la década del 70 no se propiciaba la lactancia, directamente iban por las habitaciones y te daban la mamadera con las lechitas, siendo que eso es un medicamento…

Y creo que como consecuencia de todo eso están tan instaladas algunas rutinas o algunas prácticas determinadas y creo que muchas mujeres ni se dan cuenta. A veces es obvio que a algunas mujeres las mandan a cesárea porque es el médico el que está apurado y no ellas, pero no sé cuántas mujeres tienen realmente registro de esto.

Las que pueden llegar a reclamar son las que la violencia fue realmente demasiada o cuando son las típicas chicas que están muy informadas durante el embarazo, muy contactadas en redes. Hay espacios en internet, en grupos de Facebook, hay un espacio de una compañera mía que se llama Para Saber con Quién Parimos, que es maravilloso, corre muchísima información. Creo que la gente que está muy informada puede estar más alerta y notar si ha sido víctima de violencia obstétrica.

En mayo salió una resolución del Defensor del Pueblo de la Nación que sancionó a una clínica privada de acá, de Capital, porque una pareja que había sido atendida en ese lugar denunció que habían sido víctimas de violencia obstétrica. Entonces el estado fue a auditar la clínica porque qué pasa, de las cosas que a vos te dicen no tenés pruebas porque son palabras que se las lleva el viento. El tema probatorio en esto es muy difícil.

Entonces lo que hicieron fue ir a auditar la clínica y en función a las normativas vigentes de partos respetados, partos humanizados y demás, fue ver qué es lo que esa clínica cumplía y qué es lo que no.

Vieron que en los libros de quejas había muchísimas quejas. También observaron que había pocas salas de partos para la cantidad de nacimientos y comprobaron que había poca cantidad de quirófanos para las cesáreas que había… Observaron que había un 75% de cesáreas en ese sanatorio. Entonces intimaron a la clínica y les dieron un plazo de un año para que cumpliera con los requisitos, tenía que bajar la tasa de cesáreas, hacer más salas de parto, más quirófanos y disminuir las quejas.

Es decir, la intimaron a cumplir toda una serie de cosas en el plazo de un año donde la van a volver a auditar a ver si se cumplió o no.

Es la primera resolución que se lleva a cabo y está buenísima porque cuando los sanatorios y hospitales empiecen a ver que se los puede sancionar por eso, es cuando van a desacelerar el mal trato.

R.M. La sensación que da es que hay una apropiación del cuerpo de la mujer por la institución hospitalaria ¿compartís esa idea?

M.C. Exactamente. Es cultural e histórico, desde la inquisición. Todo lo relacionado con la mujer, con la sabiduría de la mujer, del cuerpo de la mujer empezó a apropiárselo el sistema, la cultura, los hombres. A partir de Luis XVI de Francia, que era morboso, y a partir de ese momento empiezan las mujeres a parir acostadas, para que él pudiese mirar.

  ¿Cómo son los partos aquí en argentina, se realizan mayoritariamente con las mujeres acostadas o hay otras opciones en los hospitales?

M.C. Hay sillones de parto especiales para poder realizar el parto en otras posiciones en el Hospital Austral, en el Álvarez, en el Finochietto y tal vez en alguno más, en el resto de los lugares el parto es acostada.

Por lo general el procedimiento es que vos estás con un poquito de dilatación, te vas al hospital o al sanatorio –por supuesto que estamos hablando dentro de la generalidad y obviamente hay cosas que se escapan- y por ahí tenés, según tu cuerpo, para cuatro, cinco o más horas…

Automáticamente entras y te ponen un suero, en el suero hay oxitocina sintética. La oxitocina es una hormona que produce el cuerpo de la mujer de manera natural para generar las contracciones.

Muchas veces lo que pasa es que esa oxitocina sintética acelera el corazón del bebe porque hay como un sobre estimulo, está la que produce el cuerpo más la que están poniéndote desde afuera. Muchas veces esto lleva a que se produzca un sufrimiento fetal y ahí automáticamente terminas en cesárea. Si no sucede eso, vas a parto normal.

También es normal que las mujeres utilicen la anestesia peridural, entra dentro del protocolo de la mayoría de las clínicas. Las complicaciones que pueden tener estas prácticas, no se le comunican a la mujer.

R.M. ¿A vos cómo te llegan las denuncias?

M.C. A través del sitio Para Saber con Quién Parimos, la directora es compañera mía y hay varios casos de violencia obstétrica que salen por ahí porque como aparte de ser abogada estudio puericultura entonces hay como algo extra con eso.

R.M. ¿Cómo se maneja en los partos naturales la episiotomía?

M.C. Es totalmente de rutina. La OMS establece que no es necesario y que los casos donde si es necesario son bajísimos, recomiendan no hacerlo por las consecuencias negativas en la mujer a futuro.

La violencia obstétrica es algo que no se registra como violencia. Todo lo maravilloso que puede ser un nacimiento, un parto, que te da un poder como mujer increíble… [Se opaca por cosas así].

Pero no es lo único, desde el derecho también hay violencia porque exigir que una mujer a los cuarenta y cinco días después del parto tenga que volver a trabajar, como la ley de contrato de trabajo… Dejar a un bebe de cuarenta y cinco días es una locura y eso también es violencia.

Lo que finalmente termina pasando es que las mujeres mienten la fecha probable de parto, lo acuerdan con el obstetra para poder tener los tres meses con el bebé.

Ahora acá en Argentina hay toda una lucha de grupos y de ONG s que están tratando de llevar el periodo de licencia por seis meses pagos pero…

Estuvimos en la comisión de derecho laboral de diputados… y es como que no tienen registro de lo que nosotros les hablábamos, es como que es algo que no es lo urgente, como que no hay apuro para tratarlo…

No hay conciencia de cómo mejoraría la sociedad, de cuánto mejoraría el ser humano a futuro, cuánto la calidad de vida se aliviaría, si se cuidase más al niño desde el nacimiento y la crianza.

Otra cosa en cuanto a la violencia obstétrica, si en algún momento la mujer siente que algo no está funcionando, es importante que lo ponga en palabras. Si en el momento del parto se sienten violentadas, que lo dejen asentado. En todas las instituciones públicas o privadas hay libros de quejas, así que lo dejen asentado, tomen los datos de quiénes las han atendido, de quienes las han maltratado.

Es muy fácil, no necesitan de abogado, lo pueden hacer personalmente por internet tanto en el INADI como en la Defensoría del Pueblo. Están las cartas modelo para mandar a la clínica diciendo cuales han sido los derechos que se han violado.

Me parece importante el ir dejando huella.

.R.M. ¿Cuáles son los derechos que las personas no conocen y que deberían conocer para poder reclamarlos y defenderse?

M.C. El derecho a la información, en todo momento vos tenés derecho a que se te informe todo lo que se te va a hacer sobre tu cuerpo.

Tenemos derecho a ser acompañadas en todo el trabajo de preparto, parto y posparto con la persona que una elija. A este respecto sé que en algunos hospitales públicos, para que vayan los hombres a las áreas de obstetricia, tienen una hora durante la mañana y una hora durante la tarde. Entonces a veces hay mujeres que tienen tan solo a su pareja y al no estar su pareja, están solas.

Yo he visto a una mamá que había perdido a su bebé en la semana treinta y tres, y esa chica se la pasaba en los pasillos llorando, sola. Es decir, que tienen que saber que tienen derecho a estar todo el tiempo acompañadas.

Tienen derecho a que no se las medique innecesariamente. Que las inducciones realmente hay que hacerlas cuando hay algún elemento patológico y no como algo rutinario. En el momento del parto tienen derecho de que no se les haga episiotomía. Tienen derecho a conservar su perineo bien. En el pos parto no te tienen que separar de tu bebé, tiene que estar con vos todo el tiempo.

Tenés derecho a exigir ponerlo en la teta lo más rápido posible durante la primera hora después del nacimiento porque es cuando está con los reflejos para mamar.

Sanutri Alimentación Infantil. Lactancia maternaLactancia materna. Sanutri Alimentación Infantil

R.M. ¿Estos derechos están informados en algún lugar en los hospitales, hay afiches informativos o están visibles de alguna otra forma?

M.C. No. Lo único que está más informado es el tema de la lactancia. A nivel hospitalario no están en ningún lados y son derechos que están protegidos en la ley –que lamentablemente no está reglamentada- la 25.929 y la 26.485 que es la ley de protección integral de la mujer, que sí está reglamentada, y donde se habla justamente de la violencia. Es la protección integral de la mujer contra toda violencia, y entre ellas la violencia obstétrica. Es la primera ley que habla de violencia obstétrica como tal, es la que te comentaba del 2009. Pero son leyes que no se difunden.

Hay teléfonos de denuncia del ministerio lo que pasa es que son cosas que no se conocen. Lo primero que habría que hacer es difundir los derechos porque los derechos ya están.

El momento del parto y del posparto estas en un momento de tal vulnerabilidad física y psíquica que no podes salir a defenderte, si no lo hace tu entorno, olvídate.

R.M. Está naturalizado como que el parto es una experiencia traumática más que le pasa a las mujeres en algún momento de la vida.

M.C. Claro, es eso. No es tomado como algo maravilloso, glorioso, increíble, de un poder que la mujer tiene. Las mujeres por lo general no lo pueden vivir así.

Y lo peor es que si cuestionas algo que socialmente está instituido, la loca sos vos, si nadie más se queja. El parto es algo traumático y punto. El parto no se vive como algo maravilloso sino como algo feo, doloroso, difícil…

Además hay algo a lo que habitualmente no se le da importancia que es que el parto es un hecho fundamental y bisagra pero que además, a partir de ahí vos empezás a ser mamá. Y cómo te plantas a partir de ahí con tu bebé en los brazos si venís de una linda experiencia en el embarazo y en el parto, es totalmente diferente que si venís de algo traumático.

Cuánto se le facilita el camino a la mujer si viene de un lindo parto.

Nos despedimos con Mariana en la entrada del subte B. Me quedo con la sensación abrumadora de todo lo que falta por hacer, lo que nos falta conquistar. Por suerte no es la misma sensación que hubiera tenido antes del 2009 donde ni siquiera existían leyes para protegernos a las mujeres de este tipo de abuso.

Falta mucho por hacer pero ya hay un tramo de camino andado, ahora, a seguir transitándolo.

martes, 13 de enero de 2015

¿Dolor de espalda durante tu menstruación? Cómo aliviar la molestia

¿Sabías que el dolor en la espalda baja durante la menstruación es causado por las contracciones de tu útero?




Como sabes, cada mes tu cuerpo regenera las paredes que revisten el útero (el endometrio). Estas paredes se engruesan para permitir la implantación del huevo en caso de fecundación. Cuando esto no sucede, los niveles de estrógenos y progesterona descienden y dan así la señal a tu cuerpo para deshacer y desprender el endometrio. ¿Cómo sucede se descama y desprende esta capa del endometrio? Por medio contracciones. Si tu útero presenta contracciones muy fuertes, puede presionar los vasos sanguíneos circundantes, cortando así el suministro de oxígeno para los músculos que se encuentran cerca. Es por esta razón que podemos llegar a sentir dolor en el vientre (cólicos) y ocasionalmente también en la espalda baja e incluso los muslos.

Si has experimentado esta molestia, pero nunca al grado de sentirte incapacitada durante días, no tienes de qué preocuparte. Mientras tanto, puedes aliviar el dolor aplicando calor en el área con un trapo caliente, cojín terapéutico o una botella con agua caliente. Visita nuestra tienda en www.helechoverde.com para conocer, entre nuestros productos, nuestro cojín terapéutico que puede usarse en frío o caliente para cólicos menstruales, contracturas musculares, etc. Tiene la forma de un cuarto de luna. :)

También es recomendable que consideres incluir entre tu rutina diaria/semanal un poco de ejercicio y evitar bebidas con cafeína y sal. algunos estudios han demostrado que quienes realizan ejercicio de manera regular experimentan menos molestias y dolores menstruales. Consulta nuestro sitio para conocer el efecto de la yoga en tus días menstruales y qué posturas practicar para aliviar algunas molestias menstruales, como cólicos, tensión y dolor en piernas y espalda baja.

12 libros escritos por mujeres para leer en 2015

¡A leer se ha dicho! Te recomendamos 12 obras literarias femeninas que seguro te gustarán. 

Por Cristina Dominguez 


Se trata de una lista muy personal, donde hay clásicos y autoras recientes, pero donde seguro que faltan muchos nombres básicos, no solo porque sea una lista corta, sino también porque aún me quedan muchas mujeres por leer (tengo aún en lista -pero ya en la mesilla- a Toni Morrison o Edith Warton).



1. Jane Eyre - Charlotte Bronte

Ya vimos aquí múltiples razones para amar – y leer- Jane Eyre. No solo está escrito por una mujer, sino que describe a una mujer como pocos hombres saben hacerlo. Como alguien independiente, estable y satisfecho.

2. Cumbres Borrascosas – Emily Bronte

Una fascinante e intensa historia de amor que se adentra en las pulsiones primarias, oscuras, del ser humano.

3.  Demasiada felicidad – Alice Munro

Cualquier recopilatorio de cuentos de Munro podría estar aquí, pero escojo ‘Demasiada felicidad’ por su primer cuento, oscuro, enfermizo, magistral.

4. El grupo – Mary McCarthy

Un relato coral, irónico y lúcido, de 8 chicas de clase media alta que se enfrentan a la vida para convertirse en aquello que criticaban.

5. La señora Dalloway – Virginia Woolf

Woolf describe la realidad a través de dos historias que se contraponen, a través de estilos que van del costumbrismo, al drama clásico.

6. El amante de la China del Norte – Marguerite Duras

Una novela delicada, lírica, preciosa, cinematográfica sobre el amor tal cual es. Aunque los protagonistas sean una niña francesa pobre y un acaudalado joven chino.

7. Tierra desacostumbrada – Jhumpa Lahiri

Una colección de cuentos cotidianos que tienen como protagonistas a jóvenes americanos de ascendencia india, pero cuyas problemáticas sentimentales son de carácter universal.

8. Marcas de nacimiento – Nancy Huston

Una original novela que dibujo un fresco de varias generaciones familiares marcadas por un secreto.

9. Cuentos completos – Flannery O’Connor

Historias que recurren al seno de lo cotidiano para contarnos lo desagradable, lo asfixiante, lo sórdico, que se esconde en el fondo del ser humano.

10. La escala de los mapas – Belen Gopegui

Una historia sobre el miedo a ser amado, pero narrada de una forma diferente, sorprendente, lírica y un poco inquietante.

11. La balada del café triste – Carson McCullers

Una novela corta pero intensa, llena de melancolía, de desesperanza, de derrota, con una sutil y clarividente visión del alma humana.

12. En Grand Central Station me senté y lloré – Elizabeth Smart

Preciosa novela corta, hipnótica, poética, que afirma el poder del amor sobre todo lo demás.

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Tomado de: Librópatas

Hombres y machismos: cinco confusiones típicas en las discusiones


He visto lo difícil que es para la mayoría de los hombres empatizar con cualquier crítica al machismo. Suelen ponerse a la defensiva y dedicar todo su esfuerzo en buscarle hasta la décima pata al gato, como si de eso dependiera su honor personal. Evidentemente, con esa disposición es difícil entender de qué va la cosa.


También he notado que muchas veces las mujeres en un intento de incluirlos y de no parecer tan pesadas o extremistas, podemos caer en relativizaciones que pueden llevar a perder de vista el sentido de las discusiones.

Estos son algunas de las confusiones que he observado en  muchos hombres y algunas mujeres al enfrentar estos temas:


1. Ignorar que todos los machismos son parte de un problema cultural mayor

Ya se hable de acoso sexual callejero, de cosificación en la publicidad o de femicidios, todo es una manifestación de lo mismo: la dominación histórica de lo masculino por sobre lo femenino en la sociedad en general. Lo que las feministas en los años 70 llamaron patriarcado. El término sigue siendo útil y descriptivo, sobre todo en sociedades como la chilena. Es decir: esto no se trata de culpas individuales ni de guerra de los sexos. Todos vivimos en el mismo mundo, por lo tanto, todos somos machistas por defecto.



2. Considerar que hay machismos poco importantes

Se suele leer y escuchar que las feministas debieran preocuparse de cosas más importantes, y este comentario suele rematarse con un ránking de gravedad:

“El problema de los femicidios es más grave que el del piropo”.
“Las feministas de antes se preocupaban de cosas importantes como el voto femenino, las de ahora de cosas poco importantes como la publicidad o el piropo”.

(Los chilenos odian que se cuestione el piropo)

Yo creo firmemente que cualquier aporte a desnaturalizar la creencia de que las mujeres y lo femenino es inferior a lo masculino, es apuntar al origen mismo del problema. De lo contrario, el asunto se transforma en una lista de quejas ordenadas por importancia que no nos llevará muy lejos.

Si hay hombres que aprenden que, a pesar de lo que diga la publicidad, la tv, o su mamá, no está bien lanzarle un comentario sobre su cuerpo a una mujer en la calle, ya que aunque esté en un lugar público su cuerpo es de ella, es muy difícil que esos hombres lleguen a practicar violencias mayores.



3. Ignorar el lugar desde donde uno habla

Cada vez que alguna mujer alza la voz reclamando por algún tipo de violencia machista, se llena de críticas masculinas del tipo:

“Yo también he sido acosado por una mujer en el metro y no hago escándalo”.
“El otro día vi una cámara oculta en que una mujer le pegaba a un hombre y nadie hacía nada”. 
“En vez de criticar la violencia contra las mujeres, por qué no critican la violencia en general?”.

Sí, podemos estar de acuerdo en que la violencia o la discriminación es mala, venga de donde venga. Lamentablemente, la frase “paz y amor”, por muy bonita que se vea en las tarjetas navideñas, en la práctica no cambia nada.

Nos guste o no, en este mundo existe una jerarquía de poder. Existe un “sujeto” que pone las reglas y está muy conforme con ellas. Este sujeto es hombre, heterosexual, blanco, y de clase alta (clase media europea).

Todos los demás somos “los otros”. De alguna u otra forma estamos oprimidos por nuestra “diferencia”, y en alguno casos disfrutamos, unos más que otros, de ventajas y facilidades para movernos por el mundo que nos ponen en una situación de privilegio.

No se puede juzgar la realidad de otro sin considerar las opresiones o los privilegios en los que vive.

Para entender por qué hay tantas mujeres hablando de violencia machista, es necesario ver el mundo con ojos de mujer. Esto significa: considerar que existe una cultura en la que vivimos todos, que ha intentado siempre hacerte sentir más vulnerable, más víctima, con menos derechos, menos dueña de tu vida y de tu cuerpo. Cultura que se transmite por todos lados: por la familia, el colegio, los amigos, las amigas, los medios, la ficción, la justicia, la política.



4. Creer que a las mujeres obtenemos algún beneficio del patriarcado porque nos dan el asiento en el metro

Que nos den el asiento, que nos abran la puerta, que no paguemos entrada en algunos lugares, que nos paguen la cuenta, que nos quedemos con los hijos después de un divorcio, NO SON privilegios.

Son trampas que pagamos con:

Naturalización de nuestra debilidad: necesitamos el asiento porque ser mujer es una discapacidad.
Dependencia económica: él se hace cargo del dinero, él tiene el poder económico.
Naturalización de la idea de que el cuidado es tarea femenina: solo nosotras estamos capacitadas para cuidar hijos.
Objetivación sexual: somos la carnada para atraer al público masculino que es el que supuestamente paga.



5. Decirle a los hombres que se hagan feministas porque “el feminismo les conviene de la misma forma que a nosotras”

Sé que los hombres también son oprimidos por el patriarcado, que éste los obliga a ser violentos y a reprimir sus emociones.

Pero, aunque esto suene controversial, se me ocurre que a un hombre heterosexual le conviene más seguir creyendo que es un ser superior de nacimiento que meterse en serio en en este mar de cuestionamientos  complicado e incómodo.

Pedirle que comprenda el feminismo es pedirle que cuestione toda su vida y se plantee cosas como:

“No tengo ningún derecho a opinar sobre el cuerpo de las mujeres que caminan por la calle”.
“A pesar de que al amigo de mi vecino le hayan agarrado el poto una vez, existe una cultura de la violación de la que yo no soy víctima”.
“La responsabilidad de mantener mi casa en orden y cocinar también es mía”.
“La responsabilidad del cuidado y la crianza de mis hijos también es mía”.
“Aunque el porno diga lo contrario, el placer de las mujeres no gira en torno a mi pene. Solo una minoría de las mujeres llega al orgasmo con la penetración”.
“Lo femenino no tiene menos valor que lo masculino. No tiene sentido utilizar expresiones como “niñita”, “madre”, “zorra” para burlarse de otro hombre”.
“La sexualidad es muy variada, no tiene sentido hacer juicios de valor respecto a los gustos sexuales de la gente”.
“Existe una fundamental diferencia entre un objeto sexual y una persona sexual”.

Etc.

Es un gran trabajo. ¿Y sólo para terminar perdiendo privilegios?, ¿para que los demás hombres lo traten de maricón o de mentir para agradar a las minas?

Quizás es mejor ser realistas y decirles que aunque no les convenga tanto personalmente, el feminismo nos sirve a todos para vivir en una sociedad más igualitaria y justa. Para ser mejores personas, en definitiva.

O simplemente no esperar que nos entiendan y nos crean, y ejercer nuestros derechos por las buenas o por las malas.

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Tomado del blog En la ciudad de las damas

Mamá, ¿qué es la menstruación? Aprende a explicar esta etapa

Es común que las mamás no tengan claro qué decirle a su hija respecto al proceso, por lo que un especialista sugiere el modo de explicarlo a la pequeña.


En la etapa de la adolescencia las niñas pueden enfrentan profundos cambios biológicos, físicos, psicológicos y emocionales, además de sentirse confundidas e incluso, incomprendidas. Es la época en la que harán todo tipo de experimentos en sus atuendos y actitudes con tal de encajar y sentir que pertenecen a su grupo social y también es el tiempo en el que llegará la menarca, es decir, su primera menstruación.


Ricardo Jiménez Góngora, médico ginecólogo del Hospital Ángeles Acoxpa, explica que es muy importante que la niña comprenda el momento que vive: “Si la mamá abre canales de comunicación, va a tener la confianza para acercarse a su hija y darle toda la información que necesita mediante palabras amables, sencillas y fáciles de entender. Ella puede decirle, por ejemplo: ‘Puede ser que en los siguientes meses descubras que tu cuerpo está cambiando y que próximamente se presente la menstruación, pero no te preocupes, es un proceso natural por el que pasamos todas las mujeres’ ”.


Es común que las mamás no tengan claro qué decirle a su hija respecto al proceso, por lo que el especialista sugiere el modo de explicarlo a la pequeña:

¿Qué pasa en el cuerpo? El aparato reproductor femenino está constituido por ovarios, trompas de falopio y útero o matriz. Desde la pubertad o adolescencia temprana, que inicia a partir de los 10 años y finaliza entre los 14 o 15 años, la glándula pituitaria empieza a generar una liberación hormonal que estimula los ovarios para que produzcan otras hormonas llamadas estrógeno y progesterona, responsables del proceso de ovulación, y cuando un óvulo o huevo abandona un ovario y desciende por una trompa de Falopio se presenta la menstruación, hemorragia compuesta por sangre y otros tejidos desechados por el útero cuando el óvulo no ha sido fecundado. 


Además, el experto comenta que: “Antes de la primera menstruación, las glándulas mamarias y el vello púbico y axilar se habrán desarrollado y solamente cuando todas las partes del aparato reproductor de una niña hayan madurado y funcionen en conjunto, aparecerá la primera menstruación, evento que ocurre entre los 10 y los 13 años de edad y marca el inicio de la etapa reproductiva en la mujer”.


Es importante decirle que el ciclo menstrual se cuenta desde el inicio de un periodo hasta la aparición del siguiente y regularmente dura 28 días, divididos en 14 días previos a la ovulación y 14 días posteriores a ésta, que es cuando se presenta el sangrado. Sin embargo, cuando una adolescente ha empezado a menstruar, sus ciclos pueden variar entre 21 y 45 días, y con el paso del tiempo se van regulando, hasta alcanzar el ciclo característico de una mujer adulta, que puede ir de 21 a 34 días.

No hay forma de saber el momento preciso en el que se presentará la primera menstruación, porque no hay sintomatología específica que lo anuncie, no obstante Ricardo Jiménez Góngora comenta que: “Seis meses antes, puede haber exceso de flujo transparente, pero en general, los síntomas serán similares a los que se tendrán durante todo el ciclo reproductivo, es decir, unos días antes y durante el periodo puede haber dolores tipo cólico, dolor lumbar, de cabeza o mamario, además de irritabilidad y mayor sensibilidad emocional”. 

Para finalizar, el especialista indica que la visita ginecólogo es necesaria si las molestias físicas son intensas y/o incapacitantes, para realizar una valoración precisa. Así como, también requiere evaluar los casos en los que la primera menstruación aparece muy temprano, antes de los 9 años, o si a los 14 años no se ha presentado. Lo mismo aplica si la paciente tuvo un primer sangrado y después de varios meses no volvió a presentarse.

Hablar de la primera menstruación con tu hija representa una gran oportunidad para acercarse a ella y fortalecer el vínculo. Con tu amor y consejos ella estará informada y se sentirá acompañada para recibirla sin miedo y de la forma más natural posible. 

Razones por las que no te baja la regla sin estar embarazada

Si tu regla no llega, ¿puedes estar embarazada? No necesariamente. Te damos otras razones por las que no te baja

Ves el calendario más veces que el reloj; llevas la cuenta minuto a minuto; por primera vez estás esperando con ansias a que llegue tu menstruación, pero ésta simplemente no aparece y pasan los días mientras tú te preguntas: ¿por qué no me baja la regla?; ¿puedo estar embarazada?


Antes de que te pongas a buscar en internet sobre los primeros síntomas del embarazo, debes saber que el hecho de que tu periodo no te baje, no necesariamente tiene que ver con que estás embarazada, existen otras razones por las que se presente una ausencia de menstruación, sin embargo si recientemente tuviste relaciones sexuales sin protección (o con ella), lo más recomendable en primera instancia es hacerte una prueba de embarazo casera para descartar la posibilidad de que estés embarazada. Si la prueba sale negativa y todavía tienes inquietud, sal de dudas acudiendo a un laboratorio para hacerte una prueba de embarazo de sangre.

Razones por las que no te está bajando

Ahora, si no has tenido relaciones sexuales recientemente y ya descartaste el estar embarazada, existen otras razones por las que tu regla puede estar ausentándose, por ejemplo:

  • Pérdida o aumento repentino de peso.
  • Estrés (por ejemplo, el estarte preocupando porque no te baja, puede ocasionar que tu periodo se retrase aun más).
  • Uso de anticonceptivos hormonales como pastillas, inyecciones, parches o dispositivo subdérmico.
  • Consumo de drogas.
  • Alteraciones hormonales ocasionadas por ovarios poliquísticos.
  • Aumento considerable en la actividad física (ejercicio).
  • Cambios inusuales en la alimentación (por eso es recomendable que antes de empezar un régimen alimenticio, te asesores con un médico o nutriólogo)
  • Uso de medicamentos (no te auto mediques, y si notas que de pronto ya no te baja después de haber tomado alguna medicina, acude con tu médico).
  • Regularmente un óvulo tarda 14 días en madurar, así que desde el día uno se selecciona, madura y crece. Algo muy importante: el día 14 es cuando el óvulo sale de su folículo y camina por las Trompas de Falopio. Un ciclo menstrual dura en promedio 28 días, pero muchas mujeres tienen ciclos irregulares debido a diferentes problemas hormonales, por lo que es mejor no jugártela con las cuentas de los días fértiles para no quedar embarazada.

Si es la primera vez que tu regla se retrasa, hazte una prueba de embarazo para salir de dudas; si ya va más de un ciclo menstrual que ocurre esto, además de la prueba, acude al médico -aunque presentes los síntomas de la menstruación como cólicos, dolor de pechos, granitos en la piel, etc- porque tal vez se trata de una alteración hormonal que debe ser atendida.

Endometriosis: El dolor silenciado

Por Blanca Espigares Rooney

Su nombre es la enfermedad del silencio. No lo sabía, pero pienso que han acertado con el nombre. Realmente lo es a nivel médico. Y lo es entre las enfermas porque no hablamos, aprendemos a convivir con un dolor insoportable y sabemos o tenemos la impresión de que nadie o casi nadie nos cree.


Han tardado 20 años en diagnosticarme endometriosis y 23 en ponerme un tratamiento, que hasta ahora me va bien y que dilatará el momento en el que tenga que operarme. Porque sí, no tiene cura. Es como un cáncer, benigno porque no nos mata, pero el dolor a la larga nos ha matado a muchas, parte de nosotras mismas, nos ha condicionado la vida, las relaciones, las decisiones. Es una enfermedad apenas investigada, que a los médicos les suena muy levemente, y hasta hace unos años ni habían oído hablar de ella. Es la endometriosis.

Cuando era adolescente, me dolía tanto que me desmayaba y convulsionaba. Me descomponía y protagonizaba auténticos shows en la calle. No quería nunca hablar de lo que me pasaba porque me daba mucha vergüenza. No quería ir al ginecólogo y, cuando por fin superé el miedo de la mano de mi madre, sólo me dijeron que era normal y que hay gente a la que la regla le duele y a otra no. Pero yo veía a mis amigas, que les dolía y tomaban una pastilla y podían seguir con su vida. Yo tenía la certeza de que una vez al mes, nunca sabía la fecha porque mi menstruación podía ser a los 20 que a los 45 días, tocara donde tocara, sin previo aviso, podía desmayarme y comenzar a temblar, asustando a todos y ganándome el mote de La niña del exorcista.

Pasan los años. Y crecemos, y maduramos con un dolor tan agudo, tan penetrante, tan insoportable, que podemos llegar a hacernos daño tratando de calmarlo. Yo me he arañado a veces de una forma brutal por no poder aguantarlo. Mientras, todas las afectadas seguimos de ginecólogos. Sin que vean nada raro e incluso alguno comienza a decirnos que es psicológico.

Genial. Porque cuando estamos en medio de una de las crisis, recordamos ese comentario y lo intentamos racionalizar, y no funciona y comenzamos a creer que podemos tener un problema mental. Y es que las mujeres con esta enfermedad sentimos vergüenza, vergüenza de nosotras mismas, ante familia, ante parejas, ante amigos, porque nunca sabes cuándo va a ocurrir el gran numerito. Y culpables, culpables por no poder cumplir muchas veces lo acordado, una cita, un trabajo, un examen. Y esto se debe a que al no tener un diagnóstico, ya no sabes qué pensar sobre ti misma, sobre los dolores, sobre tu vida, sobre nada. Y nos callamos y nos silenciamos.

Pero yo no podía vivirlo en silencio completamente. Debido a que me desmayaba, a la gente que tenía a mi alrededor, fuese quien fuese, tenía que decirle que si me pasaba, en mi bolso había un kit de salvación: aguja y Nolotil o cualquier otra cosa. Que tenían que buscar farmacia o practicantes o las urgencias del hospital para que me inyectaran urgentemente. En una crisis mi amiga me arrastró medio desmayada a una farmacia para que me inyectaran Nolotil y el farmacéutico, sin atender a las explicaciones de mi amiga, quería llamar a la policía porque decía que yo estaba con el mono y era una yonki. Pero lo peor de todo es que a esa farmacia no entré nunca más, no indignada por lo mal que el farmacéutico se había portado, sino porque sentía vergüenza y me sentía culpable.

Afortunadamente mi familia siempre me apoyó y me entendió y si alguna vez pensaron que era psicológico, nunca me lo dijeron. En la Universidad si me pasaba durante exámenes no tenía luego coraje suficiente para ir al profesor y decirle lo que me había pasado para que me lo repitiera. Simplemente, lo dejaba pasar. Por suerte en mi trabajo, pese a algún compañero que no, en general me entendían, pero yo me sentía tan culpable por faltar uno o dos días al mes y estar unos 4 o 5 más regular trabajando, que me mataba echando horas extras para suplir mis faltas.

La endometriosis afecta a muchas zonas, haciendo muy difícil por la sintomatología, que los médicos sepan de lo que hablamos. En 2004 tuve un brote de dolores de espalda, lumbalgia me decían, que a veces hacía que no pudiera andar. En la misma época, me empezó a pasar que el primer día de la menstruación me dolían tanto las piernas, que no podía andar, ni estar sentada, sólo podía estar tumbada. Los traumatólogos achacaban mi dolor de espalda al trabajo y me mandaron hacer tablas. Los ginecólogos me dijeron que era normal, que las piernas se hincharan y dolieran con la regla. Y yo me preguntaba: y ¿por qué nadie más alrededor mía deja de andar?

En 2008 se quedó permanente ese dolor, un dolor agudo y punzante que me impedía andar y me hacía llorar y gritar. Cinco meses en cama, cinco. Ni sentada ni nada, tumbada. Y aunque yo sabía que ese dolor me era conocido, tuve que pasar porque descartaran durante varios meses enfermedades como cáncer cerebral, de médula o la que tenía entonces más papeletas: esclerosis múltiple. Cinco meses en cama barajando en la cabeza que podía tener una de esas enfermedades.

Y lo peor es que a medida que pasaba el tiempo, cada vez que me decían que eran negativas las pruebas de alguna de esas horribles enfermedades, yo no me alegraba. Entraba en un periodo en el que dudaba de mí, de si me lo inventaba y si todo estaba en mi psique. Y deseaba que fuera alguna enfermedad aunque fuera una de esas tan espantosas, y me daba igual si al menos era alguna y tenía que morir, pero por lo menos sabría que no me lo inventaba y era real. Y comienzas a pensar que realmente no estás bien de la cabeza. No quería seguir enfrentándome a las caras de los médicos mirándome y diciéndome: es de nuevo negativa, no sabemos qué tienes. Porque aunque ellos no aparentaban tener dudas sobre mi cabeza y nunca lo dijeron, yo pensaba que todos creían que me lo inventaba o que tenía problemas mentales. Y esas dudas merman tu vida, tu confianza, tu seguridad, a ti misma. Es como si te hicieran luz de gas durante años y años, normalmente alrededor de 20 años. La situación es tan incomprensible que empiezas a creer que eres tú el problema.

El verano pasado tuve otro brote sin poder andar y además sumado a problemas de intestino grueso y colon. Ya sabía que se barajaba que fuera endometriosis y ya estaba yo más curtida en estas cosas, aunque no estaba preparada para que me dijeran que ya no sabían qué hacer y que había que ir pensando en opciones más radicales, en operarme, en una histerectomía, en algo que a muchas mujeres les sienta mal que lo diga, pero es que lo sientes así: tenía que pensar en la posibilidad de vaciarme para tener una cierta calidad de vida.

Busqué desesperadamente más médicos, siempre con la esperanza de que me dijeran que esto se curaba. Como la enfermedad comenzaba a sonar y había Unidades de Endometriosis formadas por equipos pluridisciplinares en Madrid, encontré un médico, jefe de una de estas unidades, que me atendió.

En mi primera visita, lloré, lloré muchísimo, y era un lloro liberador. No le pareció raro nada de lo que le contaba, ni me miraba con cara extraña, todos mis síntomas le parecían normales. Incluso me hizo preguntas sobre si tenía dolores durante las relaciones sexuales o sobre detalles que nunca imaginé que tuvieran que ver con la endometriosis y que yo asumía que eran dolores normales, porque incluso nosotras a veces pensamos que ciertos síntomas no son de esto y no los comentamos. Y le hice al médico una pregunta que creo que todas les hacemos siempre: ¿podré algún día vivir de una forma normal?

Afortunadamente yo sólo he tenido que pasar por una cirugía y muy leve, en general las personas con endometriosis tiene que operarse bastante a menudo. Muchas mujeres llevan 5 u 8 cirugías en su vida, les han quitado ovarios, trompas y han sufrido lo indescriptible con los postoperatorios. Yo estoy escribiendo esto para despertar conciencia social pero mi caso no es reseñable, hay mujeres muchísimo peor que yo, que han pasado por muchísimo más y que cuando lean estas líneas pensarán que lo que yo cuento no es nada y es que cuando conozco casos fuertes, vuelvo a pensar que quizás me quejo por nada y que no merezco quejarme, y vuelven las dudas sobre si sobreactúo, porque ese sentimiento de culpabilidad o de duda ha crecido con nosotras y nunca se irá.

Es el mes de marzo, el mes de la concienciación sobre la endometriosis, y quería contarlo para que poco a poco todo el mundo entienda lo que es y al menos haya comprensión en muchas situaciones.

Esta enfermedad es una prueba continua de autoestima. Te obliga a aprender a convivir con el dolor, con la incomprensión de muchos, con unos límites en la vida que te das cuenta que pocos más tienen. Y lo triste es que no entiendes la vida sin dolor, eres consciente de que algún día volverá, siempre está la espada de Damocles encima, no puedes hacer planes, ni organizar nada porque nunca sabes si podrá ser. Así que te conviertes en independiente y solitaria, un bicho raro, porque no dejas de ser una incomprendida y eso repercute en estima y seguridad, y en la relación que tienes con el mundo que te rodea. Y todos los días te despiertas pensando si podrás seguir viviendo con un mínimo de calidad. Como cuando le conté los efectos secundarios del tratamiento a mi médico actual y me dijo: Blanca, sabes que esto no tiene cura, tú tienes que hacer el balance de si es preferible convivir con esos efectos secundarios o con el dolor y las situaciones de antes sin poder andar, piensa qué te da mayor calidad de vida. Y obviamente preferí los efectos secundarios, que aunque no son fáciles, me permiten dentro de lo que cabe, al menos vivir, vivir de una forma más normal, y eso ya es mucho para nosotras.


Un método infalible para dormir a tu bebé en dos minutos

¿Escucharon hablar de la técnica Oompa Loompa para dormir a los bebés? Si no la conocen, he aquí la respuesta a sus plegarias.

La maternidad muchas veces implica aplicar la creatividad para encarar desafíos y obstáculos que se presentan en la vida. Y así es como esta madre, de casualidad, encontró un método para ayudar a su bebé a conciliar el sueño. Lo mejor es que no se trata de una técnica que solo sirve para esa familia, el video ya tiene más de dos millones vistas y quién sabe cuántas mamás agradecidas. 




Y ustedes, ¿qué soluciones creativas descubrieron como madres?

Chicas malas y mujeres divinas

Hay que reconocer que las mejores creaciones e interpretaciones musicales de años recientes se las debemos a las mujeres de nuestra música .


 A continuación, presentamos nuestras recomendaciones de diez chicas malas y a la vez mujeres divinas cuyos temas no nos cansamos de escuchar una y otra vez (y de paso, comentamos sus últimas grabaciones si es que lanzaron el año actual)

Ana Tijoux

La rapera Ana Tijoux es reconocida activista cuya música aboga a favor de los movimientos Okupa, los estudiantes que protestan en Chile y la reforma migratoria en EE.UU., entre otras causas.

El rap melódico de Tijoux evoca los recuerdos de dos importantes legados de la década de los setenta en su tierra que ella pareciera adelantar, por un lado, de la canción protesta latinoamericana que naciera en Chile con VIctor Jara y por otro, la reconocida tradición poética del país, que incluye por ejemplo, la obra de Pablo Neruda, poeta otorgado Premio Nobel.

Con su último álbum Vengo, Tijoux sigue su trayectoria ascendente componiendo temas que son bastante más melódicos que sus anteriores, más como siempre sigue comentando de manera elocuente los estragos de la descolonización europea, el respeto para el planeta y la lucha de los pueblos indígenas.

Mare Advertencia Lírika


Mare Advertencia Lírika es rapera zapoteca e integrante del primer grupo de rap del estado de Oaxaca, su estado natal. Fundadora de la agrupación Advertencia Lirika, su historia ha sido descrita en el documental “Cuando una mujer avanza” (2012).

Utiliza el rap como herramienta de concientización y reclamo ante la condición de desigualdad de la mujer en la sociedad. Además, a través de la música y en particular el hip hop, cuenta que ha encontrado su lugar como joven urbana con raíces indígenas, y además halló la manera de canalizar su pasión por la poesía.











Kat Dahlia

Esta joven cantautora de Miami, de ascendencia cubana y libanesa, con apenas 23 años, compone y canta temas intensos y sensuales que mezclan de manera explosiva el pop, el hip hop y el reggae.

Sus canciones cuentan historias, muchas de las cuales contienen detalles autobiográficos. Por ejemplo, en su familia eran seis hijos, y cuando se divorciaron sus padres, hubo separaciones y momentos muy difíciles. Algunos de estos los recuenta en su primer sencillo, Gangsta (tema que ha recibido casi quince millones de visitas en Youtube).








Alejandra Ribera


Canadiense de ascendencia escocesa y Argentina, la cantautora Ribera (quien vive entre Paris y Montreal) en su álbum La Boca canta en inglés, español y francés, Sus temas, los cuales compara Ribera en entrevistas a pinturas abstractas, se destacan por ser íntimos y sensuales.

Dotada de una voz profunda y matizada, Ribera nos recuerda el estilo de melancólicas rancheras influenciadas por el jazz que popularizó Lhasa de Sela cantante mexicoamericana quien radicó en Montreal hasta su fallecimiento prematuro. Además Ribera le suma toques originales de otras de sus influencias como la chispa extraña de Bjork y la lírica melancólica y abstracta de Tom Waits, ofreciéndonos temos exóticos y bellamente seductores.

Ani Cordero

Criada entre EEUU y Puerto Rico, Cordero es talentosa y artista multiinstrumentista quien también tiene su propia banda de rock indie bilingüe llamada Cordero.

Su último álbum, Recordar, producido por el legendario Sergio Dias de los pioneros rockeros psicodélicos brasileños Os Mutantes (agrupación para la cual Cordero ha tocado batería en varias giras por EE.UU) se centra en canciones de las décadas de los treinta a los setenta que ofrecen una perspectiva especial de las experiencias comunes de los latinoamericanos.

A pesar de ser temas icónicos para ya varias generaciones, Cordero logra infundirles un espíritu contemporáneo y estilo siglo XXI sin que pierdan su idiosincrasia original.

Teri Gender Bender

La agrupación mexicana Le Butcherettes fue fundado en el 2007 por Teri Gender Bender (Teresa Suárez, quien se crió entre Guadalajara y Denver, Colorado, cuyo nombre artístico en inglés se refiere a transformar o deformar el género) se dió a conocer por actuaciones viscerales en que las chicas de la banda, vestidas de delantales ensangrentados, usaban su garage rock como arma feminista.

Actualmente Los Butcherettes lo integran Gender Bender en guitarra, teclados y voz y Lia Braswell en la batería. El nuevo álbum (Producido Omar Rodríguez-López de The Mars Volta, con quien además Gender Bender participa en la agrupación Bosnian Rainbows) ofrece temas con letras que apenas se divisan entre los acordes y la voz potente de Gender Bender, contando historias oscuras envueltas en un denso tapiz de ritmos feroces.




Ceci Bastida

Hoy día basada en Los Angeles, la tijuanense Ceci Bastida, cantautora y tecladista, inició su carrera como solista después haber de fundado Tijuana NO, banda pionera de punk de esa ciudad, y posteriormente, haber sido la tecladista de Julieta Venegas.

En La Edad de la Violencia, segundo álbum, Bastida compone una serie de canciones bailables y hasta alegres que combinan sus antecedentes musicales de punk, rock y hip hop, pero al mismo tiempo, no son ajenas a temas sociopolíticos y narran historias dolorosas, algunas basadas en la obra del célebre escritor japonés Haruki Murakami. Explica Bastida que con este álbum quería hacer hincapié en los momentos de belleza en la vida que nos impulsan a seguir adelante a pesar de otros momentos difíciles.


Gina Chávez


Esta cantautora de Austin, Texas y de ascendencia suizo-alemana-mexicana, en su segundo álbum ha grabado once canciones en las cuales participan otros músicos ilustres de su ciudad como los cumbia-rockeros del Grupo Fantasma y la cantante folk Eliza Gilkyson.

Chávez presenta canciones en ambos idiomas impulsadas por su bella y nítida voz que muestran su gran talento como intérprete y como compositora. Por ejemplo, interpreta “Todo cambia”, clásico himno de Mercedes Sosa, pero a su manera, añadiendo swing texano con charango y acordeón. En otro ejemplo, en su composición “Gotta Get”, canta el tema el inglés, pero dentro de un formato de cumbia a la cual le ha salpicado toques de funk y blues.

Danay Suárez

Nos encantó descubrir a la joven cantante y compositora cubana Danay Suárez en el Latin Alternative Music Conference del 2014 (celebrado anualmente en la ciudad de Nueva York).

Con estudios de conservatorio, dotada de una magnífica voz y gran capacidad de expresión poética, Suárez maneja un hip hop que es canto y rima a la vez, además de mostrar gran fuerza y carisma en el escenario.

A la vez que le ponemos atención a las lúcidas letras de sus canciones, como en el caso de su tema más popular, “Yo Aprendí”, nos dejamos llevar fácilmente por el irresistible flow de los ritmos que va creando.

Sarah Aroeste

Elocuente y apasionada, la cantautora Sarah Aroeste, quien radica en Nueva York, se inspira en las raíces sefardíes de Grecia y Macedonia de su familia para crear fusiones que añaden rock, funk y blues a clásicos cantos en ladino.

El ladino, o judeoespañol, es el idioma hablado por comunidades descendientes de judíos que vivieron en la Península Ibérica hasta 1492, año en que fueron expulsados de su tierra por los Reyes Católicos de España. Es un idioma que hoy día apenas pervive hablado (la UNESCO lo ha catalogado como idioma en grave riesgo de extinción) pero se mantiene fuerte en música como la de Aroeste.

Aroeste además compone nuevas canciones dentro del género, como su composición titulada “Gracia”, que rinde homenaje a Doña Gracia Mendes, una de las mujeres más prósperas de la Europa renacentista quien ayudó a salvar a cientos de personas de la Inquisición española.

Tomado de: Wall Street Internacional