Estos hábitos son aparentemente inocentes, pero pueden alterar
tu ciclo menstrual.
No, no estamos diciendo que las mujeres somos máquinas defectuosas dominadas por nuestras hormonas sexuales. Tampoco creemos que la biología femenina y la menstruación puedan o deban considerarse como problemáticas o inestables. Lo decimos muy seguido y sin cansarnos: La menstruación es un evento tan normal como natural de la fisiología reproductiva femenina. El problema es que la cultura occidental y el capitalismo se fundieron para volver los procesos de nuestro cuerpo, tan normales y naturales: menstruación, parto, lactancia y menopausia, problemas. Problemas con los que además se puede capitalizar, ofertando curas y soluciones, aunque en ningún caso se trata de una enfermedad.
En muy pocas palabras, nuestras hormonas sexuales no determinan por sí solas los tiempos y formas de nuestro ciclo, porque nuestro cuerpo es un sistema abierto que interactúa con el medio ambiente. Lo que comemos y lo que hacemos también puede estar afectando nuestro ciclo menstrual.
Como tales, las hormonas organizan el funcionamiento de nuestro sistema, influyendo en nuestro apetito, peso, libido, sueño, etc. Algunos desequilibrios hormonales son causados por nuestros hábitos, otros por los químicos presentes en nuestros alimentos y el medio ambiente. Saber qué estamos consumiendo y ser conscientes de nuestro estilo y ritmo de vida, puede ayudarnos a entender cuán sensible es nuestro ciclo a lo que hacemos de manera consciente.
El azúcar procesada no sólo te da un salto de energía temporal, también puede hacerte aumentar de peso, volviendo a tu cuerpo resistente a la insulina, la hormona que mueve el azúcar hacia tu torrente sanguíneo para que tus células obtengan la energía que requieren. El resultado: un precursor de la diabetes conocido como síndrome metabólico o incluso Diabetes tipo II.
2. Estresarte hasta muy noche |
Normalmente, los niveles del cortisol (hormona del estrés) disminuyen de noche, lo que ns ayuda a relajarnos y poder dormir. Si durante la tarde te encuentras muy ansiosa o tensa, tus niveles de cortisol seguirán subiendo y no podrás conciliar el sueño. Procura aliviar y reducir tu estrés.
3. Episodios regulares de insomnia |
Es un ciclo vicioso: la falta de sueño aumenta los niveles de cortisol y el cortisol aumenta el nivel de azúcar en tu sangre, luego cae y te produce un antojo inexplicable de comida chatarra. Si logras dormir más y regular tu patrón de sueño, tus niveles de cortisol podrán equilibrarse.
4. Una sola trasnochada |
cuando duermes, los niveles de la hormona asociada con el hambre (leptina) aumentan para indicarle a tu cuerpo que no necesitas comer. Si das vueltas en la cama, tu cuerpo no producirá la cantidad correcta de leptina y acabarás sintiéndote con más hambre de lo normal al despertar. El desayuno es importante y también lo es que desayunes adecuadamente. No sólo pan o azúcares.
5. Visitas tan irregulares al gimnasio o a la pista
|
Sin
ejercicio regular, tu cuerpo no producirá, ni liberará la cantidad
correcta de endorfinas. Conoces las endorfinas: Son esos químicos
cerebrales que te hacen sentir bien, optimista y alerta. También
mantienen tu sistema inmune funcionando e incrementan los niveles de
hormonas sexuales. Mientras más te muevas (cardio, caminar, trotar,
correr, andar en bici, bailar, etc.), tu cuerpo producirá más
endorfinas.
6. Corriditas nocturnas a la cocina o a la tienda para seguir tomando café |
De
nuevo, el cortisol es el responsable aquí: La cafeína manda señales a
tu cuerpo para que aumente rápidamente la producción de cortisol, lo que
te hace sentir ansiosa y completamente lejos de querer dormirte.
Limítate a no más de 2 tazas de café al día, preferentemente antes de
las 3 o 4 pm.
7. Dietas milagrosas |
Una caída drástica en tu grasa corporal debida ya sa a un régimen de dieta con demasiado pocas calorías o sesiones de ejercicio vigoroso demasiado intenso baja tus niveles de estrógenos, deteniendo tu ciclo hasta que tu grasa corporal regrese a un nivel saludable.
8. No querer sudar |
¿Te has dado cuenta que después de hacer ejercicio sientes como si temporalmente olvidaras a dónde irías a cenar? Esto tiene que ver cno la manera en que el ejercicio aeróbico produce una disminución en los niveles de una hormona llamada Ghrelin, la cual suprime el apetito. Es muy importante que tengas una dieta adecuada, balanceada. No te saltes el desayuno, ni la merienda.
Además de dejarte como “encendida,” el azúcar también produce otros cambios en la química de tu cerebro. Si en los días previos a tu menstruación te sientes cansada o malhumorada, el azúcar sólo te hará sentir peor. En lugar de buscar algo sintético y dulce, consulta nuestras notas en el blog (www.helechoverde.com) para conocer opciones más ricas y saludables para tus antojos.
(Fuente: Women's Health Magazine ; traducción con algunas adaptaciones de Equipo Helecho Verde)
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