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martes, 25 de marzo de 2014

Parto Lotus en hospital (El nacimiento de Leonardo)

Por: Maria Elena Strozzi*

Mucho antes de que Leonardo fuera siquiera concebido, decidimos que el gran regalo que queríamos darle a nuestro bebé sería que tuviera un parto Lotus. Escogimos este regalo particular porque parecía en línea con nuestro deseo de darle a nuestro bebé la transición más gentil y amorosa del vientre materno al mundo. Mucha gente no sabe lo que el parto Lotus es porque no se ofrece en los hospitales, donde más gente acude a tener a sus bebés. El parto Lotus es una elección que típicamente se toma por personas que están buscando alternativas a las prácticas actuales de nacimiento en nuestra cultura. 

Estábamos planeando darle la bienvenida a nuestro bebé en la comodidad e intimidad de nuestro propio hogar, pero por razones más allá de nuestro control terminamos en el hospital. Como quiera, tuvimos éxito en ofrecer a nuestro hijo este precioso regalo. El parto Lotus es posible dentro de un hospital y a nosotros nos cambió totalmente la experiencia.



¿Qué es el Parto Lotus? Simplemente, el parto Lotus es la práctica de dejar el cordón umbilical intacto en el bebé después del parto. Esto significa que en la práctica, el bebé estará unido a su placenta hasta que ésta se caiga naturalmente (un proceso que lleva entre 3 y 5 días), en vez de cortar el cordón umbilicarl. Sí, eso significa que como madre o padre tendrás que cargar con la placenta del bebé hasta que ésta decida desprenderse. Y sí, significa que hay que organizarse para maniobrar con la placenta durante los primeros días, después de un proceso mucho más delicado de parto y posparto (e incluso diremos, desafiante). 




Pero, ¿por qué alguien querría hacer los primeros días del posparto aún más desafiantes? Como si el procesar el hecho de que ahora somos padres y que tenemos que ver cómo nos las ingeniamos para hacernos cargo de este pequeño ser que ahora depende de nosotros, no fuera ya suficientemente intenso. Bueno, hay muchos beneficios, no todos ellos científicamente comprobado porque hace falta mucha investigación, pero de cualquier forma decidimos darle oportunidad al parto Lotus. 




El número uno en la lista, que por cierto no fue la razón menos altruista, es que los bebés Lotus lloran menos. Me refiero a que vamos, si alguien te dijera, que tu bebé estará más calmado, feliz y cómodo, ¿no lo harías? Hemos leído algunos libros, bastantes artículos e historias en la materia, e incluso las parteras en nuestro hospital estuvieron de acuerdo; los bebés Lotus están más tranquilos y en paz, son bebés que lloran menos. En comparación con todos los bebés que se quedan en el hospital alrededor de 6 días, puedo decir que esto es verdad, Leo lloró muchísimo menos. 




La razón por la que los bebés Lotus lloran menos fue nuestra razón número 2 en nuestra lista: El parto Lotus salva al bebé de la experiencia estresante de estabilizar sus sistemas energéticos. Tal vez has escuchado de los chakras, los 7 centros energéticos del cuerpo de acuerdo a las tradiciones orientales. Tal vez has escuchado del aura, el campo de energía sutil que rodea el cuerpo. Bueno, la historia cuenta que cuando un bebé está gestándose dentro de la mamá, é´l y su placenta son uno y el aura se forma alrededor de ambos. Cuando el bebé nace y el cordón umbilical es cortado, le sesgan súbitamente de su placenta. Su aura se corta en dos. Ahora el bebé tiene que desviar recursos energéticos de otros lados para reparar tu aura dañada. 





Cuando el cordón umbilical deja de pulsar, por unos 5 o 10 minutos después del parto (durante ese tiempo el bebé está recibiendo las últimas oleadas de sangre y células madre), la placenta ha terminado oficialmente su trabajo en asistir y mantener al bebé en su crecimiento físico. El parto Lotus, en teoría, es sobre dejar que la placenta termine también su trabajo en asistir y acompañar espiritualmente al bebé, para su óptimo desarrollo. Si la placenta se deja acoplada al bebé después del nacimiento, gradualmente transferirá su energía vital sutil, para que el bebé complete su aura. El parto Lotus, es esencialmente una transfusión de energía sutil de la placenta al bebé. Cuando este proceso se completa, y el bebé se siente en su propia unidad, es él quien decide dejar ir a su placenta. Leo decidió patear su placenta en un cambio de pañal, 5 días y 3 horas después de su nacimiento.



Mientras estaba conectado a su placenta por esos primeros 5 días, efectivamente tuvimos que ser mucho más cuidadosos cuando movíamos a Leo para cambiarlo o alimentarlo. Para muchos esto es un inconveniente, pero para nosotros era una parte del proceso que nos atraía mucho. El parto Lotus también te lleva a ralentizar las cosas un poco, a que te tomes todo con más calma, a saborear la experiencia de acompañar al bebé a acostumbrarse a su nuevo mundo fuera del vientre. Después de todo, absolutamente todo lo que está viviendo el bebé es de lo más intenso y sus sentidos están increíblemente nuevos. El que tu bebé tenga su placenta por unos días más te obliga de cierta forma a que tu también te lleves la experiencia con calma. Es una forma de extender un poco más esas preciosas horas de enlace con tu bebé después de su nacimiento por los primeros días. ¿Cuántos amigos y familia querrán acercarse y acompañarte a tí, pareja, bebé y placenta? El parto Lotus es una gran forma de hacer que los días siguientes al nacimiento se vuelvan sagrados para mamá, papá y bebé, dándoles el tiempo y el espacio para procesar el gran cambio del que están siendo parte. 





Sin pensar ya en todo lo diferente que pudo haber sido el parto en casa, puedo decir honestamente que en el hospital, nuestra experiencia Lotus fue increíble. El día que Leo nació, conoció a su mejor amiga, su placenta. Normalmente la placenta se lava y se limpia de cualquier coágulo de sangre inmediatamente después del parto, antes de ser salada para evitar que se pudra. De alguna forma, en el hospital hicimos las cosas un poco a nuestro modo, en la sala de expulsión. En vez de lavar la placenta de inmediato, la pusimos en un recipiente, la cubrimos con sal y nos fuimos a nuestra habitación. Dejamos a Leo desnudo y estuvimos cargándolo entre él y yo, manteniéndolo piel con piel (incluso cuando dormimos) por unas 20 horas. 




Para el momento en que le dimos su primer baño debajo de la llave, lavamos y volvimos a salar la placenta, y tomamos algunas fotos. Yo tomé la oportunidad de checar brevemente la placenta, como si estuviera haciendo su llegada al mundo, pues ésta era la primera y única vez que podríamos echarle un vistazo e inspeccionar este órgano mágico. Es algo que poca gente se da la oportunidad de ver, un órgano temporal que sustentó y nos protegió mientras nos convertimos en madres y ellos en hijos. Algunas culturas honran y respetan a la placenta  
(http://www.birthtoearth.com/FAQs/Placenta+Traditions.html), mientras que en la nuestra se va literalmente a la basura. Después de todo, estaba sólo haciendo su trabajo. Sí, pero eso no significa que no podamos tomar unos momentos para mirarla con gratitud. ¡Gracias placenta! Gracias por pasar a mi bebé todos los nutrientes y filtrar todos los tóxicos. Gracias por haber sostenido el aliento de la vida. Gracias por ayudarle a mi bebé a crecer con todos sus deditos de manos y pies. ¡Gracias!




Además del viaje diario al consultorio para chequeos con el pediatra, Leo y su placenta siempre estuvieron con nosotros en el cuarto de hospital. El cordón umbilical estaba vibrante los primeros días, pero comenzó a secarse y se puso muy duro alrededor del tercer día. En el cuarto día en el hospital, el día que esperábamos irnos a casa, Leo fue conectado a otro cordón, que lo conectó a fototerapia para ayudarle a bajar sus niveles de ictericia. En el quinto día en el hospital, que fue Navidad, lloramos un poco al tener que poner a Leo en la incubadora para una fototerapia más intensiva. Ayudaba saber que al menos, no estaba del todo solo ahí, pues su placenta le dio compañía todo el tiempo. Pasó todo su sexto día ahí también, además de sus pequeñas pausas para amamantar cada dos horas. Para las 10 pm Leo pateó su placenta. A la mañana siguiente, nos dijeron que su ictericia estaba bajo control y que podíamos irnos a casa. Parecía que Leo lo sabía aún antes que nosotros. 





No queríamos solamente ser diferentes o hacer algo loco, peligroso o muy alternativo. En realidad queríamos hacer algo especial para nuestro hijo. Queríamos hacer todo lo que pudiéramos para dar a nuestro bebé el mejor comienzo posible en la vida. El nacimiento es un gran cambio para un ser tan pequeño. Ir de un total apoyo para la vida a tener que integrarse a un remolino de estímulos a través de unos sentidos supersensibles y solamente llorar para comunicarte, no es cualquier cosa. Elegimos dejar su cordón umbilical intacto porque creímos que podría hacerle más fácil esa transición. No podemos probar científicamente que así fue, pero sentimos que sí ocurrió. Solo porque no puedes ver algo, no significa que no exista. Sólo porque la ciencia no se ha tomado el tiempo de examinar algo, no significa que no exista. 





A mí como mamá ciertamente me lo hizo más fácil. El no poder darle a nuestro hijo el parto en casa que queríamos, teniendo que extender nuestra estancia en el hospital por sus altos niveles de ictericia, ponerlo en la incubadora por dos días... estaba lejos de lo que esperábamos como experiencia para Leo en sus primeros días de vida. Para mí fue confortante saber que al menos estaba siendo acompañado por su parto Lotus. Me sentí tan orgullosa y aliviada, cuando finalmente se quitó su placenta. Sentí como si finalmente hubiera llegado. Fue maravilloso realmente poder cargarlo, abrazarlo y besarlo por primera vez, sin ataduras. 




Desde nuestra experiencia, el parto Lotus estuvo muy bien dentro del hospital. Como sabemos, el protocolo hospitalario dicta que, por rutina, hay que cortar el cordón umbilical inmediatamente después de nacido el bebé. Hay muchos hospitales en donde el parto Lotus no es posible simplemente porque no entra en el protocolo. Después de todo, el corte del cordón se acepta en los hospitales porque acelera los procesos y hace la vida más fácil al personal del hospital. El parto Lotus no es sobre cómo hacerle la vida más fácil al staff del hospital, sino el hacerle la vida más fácil al bebé (lo que como consecuencia, le hace la vida más fácil a los padres). Tal vez el protocolo hospitalario podría cambiar si más y más padres expresaran su interés por esta práctica. El parto Lotus no es para todos, pero creo que sería muy bueno si al menos todos supieran que existe y que fuera una opción disponible. Yo lo elegiría de nuevo sin pensarlo.  




*Publicado originalmente en http://webecomethree.com/2014/02/16/leonardos-hospital-lotus-birth/ 
Traducción de Helecho Verde

4 comentarios:

  1. hola hermoso el post. me encantaria poder compartirlo!

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    1. ¡Claro que sí! :) La información es para compartirse, adelante. :)

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  2. Probablemente tu bebe tuvo ictericia secundaria a la policitemia que le produjo el exceso de sangre q le paso al seguir conectado a la placenta. Las consecuencias de la policitemia podría haber sido un infarto cerebral, entre otras. Además de la ictericia, q en su caso necesito fototerapia intensiva lo cual no es lo mas habitual . Y menos mal q estaba en el hospital porque si no se hubiese puesto la fototerapia intensiva, la Bilirrubina podría haberle dañado el cerebro para siempre . Yo también quiero lo mejor para los bebes , incluida su transición , pero hay q valorar riesgos y beneficios y la verdad , en este caso , no creo q ganen los beneficios. Puedes tener a tu hijo piel con piel igualmente y crear un vínculo igual o mejor porque no habrías tenido q dejarlo los días que requirió tratamiento con fototerapia

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