Una ex-prisión para mujeres en el Sur de África, en la que alguna vez estuvo presa Winnie Mandela, alberga ahora una vagina gigante de 12 m de profundidad.
Los visitantes caminan dentro de esta obra de arte, de la artista Reshma Chhiba, de 30 años de edad, en reacción contra un símbolo de opresión anterior.
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Mientras lo hacen, de las paredes escarlatas suenan gritos y risas. El "yoni" -que significa vulva o vagina en sánscrito- está enmarcado en lana sintética, imitando al vello púbico, sobre un pasillo de esponja que parece una lengua.
Chhiba comenta: "Es una vagina que grita en un espacio que alguna vez albergó a mujeres y las sofocó. Ahora se rebela contra este espacio, se burla de él".
La prisión, en el área de Braamfontein, en el centro de Johannesburgo, data del año 1892, y en su sección femenina vivió Winnie Madikizela-Mandela en 1958, cuando fue encarcelada por protestar contra la segregación del Apartheid, y una segunda vez en 1976.
La artista dice que este trabajo se opone encarecidamente a los sistemas patriarcales y tabúes en torno a la vagina. "No escuchas a hombres hablando frecuentemente de sus partes privadas y sintiéndose asqueados o avergonzados como lo hacen las mujeres", dice. "Y eso simplemente grita cómo hemos sido criadas para pensar acerca de nuestros cuerpos, y lo que quiero decir aquí es que ése debería ser un espacio empoderador".
La artista también dijo que el trabajo buscar promover respeto por el cuerpo femenino, en un país donde se reportan 65,000 ataques a niñas y mujeres cada año. Antes de entrar al pasillo en forma de vagina, los visitantes deben quitarse los zapatos. "Al quitarte los zapatos, esencialmente estás respetando y haciendo de este un espacio divino, sagrado", dijo Chhiba.
Aunque la artista -graduada en bellas artes y practicante hindú- insistió en que ella "definitivamente no hizo este trabajo por crear controversia", de hecho, y predeciblemente, produjo reacciones.
Benathi Mangqaaleza, guardia de seguridad femenina de 24 años en el sitio, que también alberga la Corte Constitucional del país, dijo: "Es la parte más privada de mi cuerpo. Yo crecí en la zona rural, donde nos enseñaron a nunca exponer nuestro cuerpo, ni siquiera los muslos, ya no digamos la vagina. Yo creo que es pornográfico, yo creo que fueron demasiado lejos".
Por otro lado, Kubi Rama, jefa de Gender Links ("Vínculos de género") un grupo que promueve equidad de género en el sur de África, alabó el trabajo comentando: "Está trayendo lo privado a lo público: Que el cuerpo de las mujeres no es un tema necesariamente privado".
Traducción de Equipo Helecho Verde
Artículo original en The independent
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