"La verdadera revolución comienza cultivando nuestros propios alimentos."
Actualmente, nos encontramos enajenad@s no solo en cuanto al lugar de origen de nuestros alimentos se refiere, sino también con respecto a los métodos y tiempos para su cultivo. Aunado a este hecho, algunas, pero no todas, las frutas y verduras que consumimos han sido genéticamente modificados para dejar inviables sus semillas. :(
Sin embargo, todavía existe la posibilidad, y vale la pena explorarla, de que aquella semilla de la manzana que te acabas de comer, las semillas que quedaron tras licuar jitomates, el hueso de ese aguacate, la semilla de ese limoncito, algunos de esos frijolitos, puedan germinar, crecer y multiplicarse.
En el caso del ajo, por ejemplo, basta con que siembres uno de los mejores dientes de la cabeza que compraste -de preferencia- en el mercado o tianguis.
Si tienes semillas de limón o de manzana, por ejemplo, te recomendamos estos 2 métodos para probar la germinación de tus semillas:
1. Siémbralas primero en el interior de tu hogar, donde estarán protegidas de la intemperie y más a tu alcance para que les proporciones los cuidados mínimos: agua y Sol, por supuesto.
2. Guarda tus semillas en una bolsa de plástico con un poco de tierra humedecida de 1 a 4 semanas. Esto es para simular un "invierno" y que salgan de su estado latente; siémbralas en una maceta. (Reutiliza pocillos de yogurt y tubos de papel higiénico, periódico, etc. para tus macetitas)
Atrévate a disfrutar de la jardinería, aunque sea en macetas dentro de tu departamento. Solo búscales a tus plantas un buen lugar donde pueda darles el Sol y riégalas con más amor que disciplina para que no se te olvide.
Y si tienes mejor suerte y puedes sembrarlas directamente en la tierra, no desperdicies la oportunidad.
<3
Helecho Verde
"Es un hecho"
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