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martes, 6 de mayo de 2014

100 Hechos Menstruales (81): Los efectos del Ejercicio Físico Vigoroso, el estrés y un bajo nivel de grasa corporal en la Menarquia, la periodicidad del Ciclo Menstrual y la Fertilidad




La idea de que las mujeres menstruantes deben permancer en su cama, descansando y evitar ejercicio físico es falsa y limitante. En realidad, el ejercicio puede aliviar algunos malestares e incomodidades que experimentan algunas mujeres. A no ser que se trate de una mujer con anemia, puedes realizar tus actividades normales.

* Una joven de 14 años que era una nadadora excelente fue excluida de una competencia interescolar debido a que no había comenzado a menstruar.
* Una bailarina que realiza un entrenamiento intenso desde los 7 años todavía no ha comenzado a menstruar.
*Una novia de 27 años que empezó a correr para bajar de peso y ahora corre más de 50 kilómetros a la semana, dejó de menstruar y teme que no podrá embarazarse.
*Una amiga de la novia que corre con ella todos los días todavía menstrúa, pero de manera irregular y se pregunta constantemente si podría estar embarazada.

Los efectos potenciales del ejercicio vigoroso en el funcionamiento del sistema reproductor femenino han recibido mucha atención en años recientes. Se han construido muchos mitos alrededor de este tema. Como ejemplo, la idea de que el correr causa que el suelo pélvico se “caiga” ya ha sido descartado en tanto que el ejercicio fortalece la musculatura pélvica y proporciona un apoyo benéfico a los órganos reproductivos.

Pero otras preocupaciones han resistido pruebas e investigaciones detalladas, por lo que deberían ser comprendidas por todas las niñas y mujeres que realizan rutinas de ejercicio intensas, así como por lxs medic@s que las atienden. Ninguna mujer o medic@ debería suponer que la irregularidad menstrual o la ausencia de la menstruación se debe al ejercicio realizado. Otras causas, algunas de las que requerirían tratamiento, son posibles y deberían ser descartadas antes de concluir que el ejercicio es la causa del problema.

Lo seguro es que el ejercicio proporciona algunos beneficios para las mujeres durante su menstruación. En la mayoría de las encuestas, quienes se ejercitan de manera regular, como quienes corren, reportan que desde que empezaron a practicar este deporte de manera regular, han experimentado menos tensión premenstrual, menos molestias menstruales, menstruaciones más cortas y un flujo menos abundante durante su menstruación.

No se conocen todos los efectos del ejercicio para la menstruación. Un número de estudios se están llevando a cabo y se espera que investigaciones futuras puedan apuntar hacia las causas precisas de problemas menstruales que enfrentan algunas mujeres, así como maneras para evitar o corregirlos sin interrumpir el programa de ejercicio. Mientras tanto, esto es lo que se sabe hasta la fecha:

Retraso de la Menarquia:
Actualmente, en promedio las niñas comienzan a menstruar entre los 12-13 años, aunque algunas empiezan antes y otras después. Si el ciclo menstrual no se ha presentado para los 16 años, los expertos recomiendan que la niña consulte a su medic@ para examinar si esto pudiera deberse a causas orgánicas u hormonales.

Estudios realizados en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y en la Universidad de Colorado han demostrado que las niñas que participan en entrenamiento físico vigoroso, tales como bailarinas y nadadoras, con frecuencia experimentan un retraso en su primera menstruación (menarquia). Un estudio realizado en Harvard por la Dra. Rose E. Frisch y colegas reveló que el 10% de las bailarinas de ballet no habían menstruado al llegar a los 18.5 años. En promedio, entre quienes ya habían empezado a menstruar, el entrenamiento vigoroso provocaba la ausencia de su menstrución durante aproximadamente un año.

En un segundo estudio, la Dra. Frisch y sus colegas examinaron 21 nadadoras universitarias y 17 corredoras. Entre las 18 que habían empezado a entrenar antes de su menarquia, la edad promedio en la que comenzaban a menstruar fue de 15 años, 2 años más tarde que lo que se consider “normal.” Quienes habían empezado a entrenar después de su menarquia, comenzaron a menstruar a los 12.8 años. L@s investigadores concluyeron que un año de entrenamiento físico antes de la menarquia retrasa la menstruación por 5 meses.

En la Universidad de Colorado, el Dr. David Robertsaw encontró un retraso similar en la menarquia entre nadadoras jóvenes. Esto provocó que la Univiersidad del Estado de Nueva York prohibiera que las niñas que no habían empezado a menstruar compitieran en competencias interescolares. La Dra. Frisch y el Dr. Robertshaw especualan que el retraso en la menarquia se debe a la reducción de la grasa corporal que ocurre debido al ejercicio vigoroso. La Dra. Frisch calcula que se requiere de al menos el 17% de la grasa corporal para que comiencen los ciclos reproductivos normales. Esto, dice ella, es la manera en que la naturaleza se asegura que una mujer no puede embarazarse si no tiene suficiente energía almacenada para sostener el crecimiento de un feto saludable. Explica que el estrogeno, una hormona sexual femenina, podría ser reducida cuando la grasa corporal también es baja. Un tercio del estrógeno que circula en el torrente sanguíneo de una mujer está copuesto de tejido graso (el resto se produce en los ovarios), y la pérdida de grasa corporal podría resultar en un déficit de estrógenos.

Una mujer madura tiene entre 25 y 28% de grasa corporal, mientras que una mujer atleta comúnmente tiene menos de 20% de grasa y a veces tan poca como 10%. Por el otro lado, algunas mujers con niveles de grasa inferiores a 17% menstrúan de manera normal. Entonces el nivel de grasa de una mujer no es una explicación completa para los efectos del ejercicio en la menstruación. Otra posibilidad involucra la cantidad de sangre que circula hacia los órganos pélvicos, la cual podría ser reducida debido al ejercicio intenso. Otro factor podría ser el estrés que acompaña este tipo de entrenamiento.

También se sabe que quienes desarrollan anorexia nerviosa, una enfermedad psiquiátrica en la que se persigue la delgadez hasta el grado de amenzar la vida de la persona, también experimentan una interrupción en sus ciclos menstruales incluso antes de haber una pérdida de peso significativa. Las bailarinas de ballet que deben dejar de bailar debido a una enfermedad o lesión con frecuencia empiezan a mensruar antes de que cualquier cambio en su peso o nivel de grasa corporal haya sucedido.

Nadie sabe cuál, si es que algún significado podría tener el restraso de la menstruación a largo plazo causado por una rutina intensa de ejercicio. Un efecto podría ser prolongar el crecimiento de la niña, en tanto que es la liberación de hormonas sexuales lo que detiene el crecimiento óseo una vez que comienza la menstruación.

El ciclo menstrual se regulará normalmente en cuanto la niña reduzca su entrenamiento, pero no se sabe qué efecto podría tener un retraso en la menarquia con respecto a su fertilidad más adelante.

La irregularidad menstrual. En niñas y mujeres que ya han comenzado a menstruar, el ejercicio vigoroso está a veces asociado con la pérdida del ciclo menstrual (lo que se conoce como amenorrea secundaria) o ciclos irregulares con menstruaciónes quizás sólo 1 o 6 veces al año (un fenómeno que se conoce como oligomenorrea). Los periodos podrían no ocurrir asociados con la ovulación, lo que significa que la mujer es -al menos temporalmente- infértil.

Otro efecto secundario inducido por el ejercicio podría ser la pérdida ósea, como ocurre comúnmente en algunas mujeres después de la menopausia debido a una producción disminuida de estrógenos. El Dr. Christopher E. Cann, radiólogo en la Universidad de California, San Francisco, encontró evidencia de pérdida ósea prematura en 6 corredoras a quienes se les había detenido la menstruación.

El problema no está limiado a corredoras y bailarinas de ballet, porque también ha sido reportada en patinadoras, gimnastas, ciclistas y fisicoculturistas y, en menor grado, en nadadoras.

En general, la amenorrea relacionada con el ejercicio y la irregularidad menstrual han demostrado afectar a 7-10% de las mujeres que realizan ejericio físico vigoroso. Mujeres que ya han tenido un parto previo tienen menos probabilidad de presentar estos problemas; quienes no han conocido irregularidades menstruales en el pasado son más vulnerables a estas interrupciones. También tienen un alto riesgo, de acuerdo a un estudio realizado en corredoras de larga distancia por la Universidad de California, las mujeres que pesan menos, corren más rápido, experimentan una pérdida de peso significativa debido a este ejercicio, comen menos calorías proteínicas y tienen más estrés relacionado con este deporte.

Sin embargo, la Dra. Mona M. Shangold, una óbstetra neuyorkina y ginecóloga, cree que el ejercicio per sé tiene menos que ver con la irregularidad menstrual que lo pudiera parecer. Ella reporta que en una encuesta realizada a mujeres que corrieron en el maratón de Nueva York en 1977, observó que 2/3 de estas mujeres dijeron que tenía periodos menstruales normales antes y durante su entrenamiento previo al maratón. Sólo una mujer dijo que sus menstruaciones se habían vuelto irregular durante el entrenamiento. La mayoría de quienes tenían periodos irregulares durante el entrenamiento ya tenían este problema antes de comenzar a entrenar. Quizás, sugiere la Dra. Shangold, las mujeres con problemas estaban bajo estrés, tanto por los patrones de ejercicio como por otras actividades.

Como sucede con el retraso de la menarquia, muchas explicaciones han sido dadas para los efectos aparentes del ejercicio en el ciclo menstrual, incluyendo la pérdida de grasa corporal, la pérdida general de peso, factores dietéticos (específicamente un bajo porcentaje de calorías proteínicas y menos colesterol, lo que bloquea los estrógenos), el estrés emocional y, aunque sorpresivamente, la liberación de endorfinas relacionada con el ejercicio, el sedante natural del cuerpo que se parece tanto a la morfina. Las endoorfinas son conocidas por tener la capacidad de interrumpir la liberación de distintas hormonas. Los camibos relacionados con el ejercicio también ocurren en las hormonas tiroideas, tan importantes para la fertilidad.

Tratamiento. La amenorrea (ya sea primaria o secundaria) y la irregularidad menstrual nunca deben automaticamente relacionarse con el ejercicio sin antes realizar otras pruebas y estudios. El Dr. Edwin Dale del departamento de ginecología y obstetricia en la Escuela de Medicina de la Universidad de Emory en Atlanta, EUA, sugiere una preuba de embarazo, revisar el nivel de estrés, la pérdida de peso reciente y los medicamentos que han sido tomados, así como un registro diario durante 6 meses de la temperatura basal para determinar si la ovulación se está llevando a cabo.

Urge a las mujeres con menstruaciones irregulares a utilizar un método anticonceptivo que no sea la píldora, la cual puede producir una supresión a largo plazo de la ovulación.

Si una mujer con amenorrea o irregularidades menstruales extremas quiere embarazarse, el Dr. Dale sugiere que reduzca su nivel de ejercicio (si corre, que sea menos de 50 kilḿetros) y que suba de peso lo suficiente para alcanzar su peso idea.

La Dra. Patricia Gray de la Escuela de Enfermería en la Universidad de Utah, quien ha realizado estudios extensos acerca de este tema, sugiere que las corredoras coman más y mejor, incrementen su consumo de colesterol a un máximo de 300 miligramos diarios, suban un poco de peso y reduzcan la velocidad a la que corren, pero sin reducir la distancia."

Referencias:
1. "Effects of Exercise on Menstruation"
http://www.nytimes.com/1982/09/01/garden/personal-health-effects-of-exercise-on-menstruation.html

2. Consultar en nuestro álbum “Hechos Menstruales”:
El # 95: La primera experiencia menstrual: Menstruación / Menarquia / Menarca
El #98: ¿Cuánto flujo menstrual se considera “normal”?
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.499419010144070.1073741833.226735054079135&type=3

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