Desde
el punto de vista médico, los acosadores, con frecuencia, presentan
desórdenes emocionales, son narcisistas y egocéntricos, y los obsesiona
el ejercicio del poder.
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El acoso sexual callejero es tal vez la forma de violencia más común que padecen las mujeres todos los días y, pese a ello, es la menos legislada".
Así lo sostiene la coordinadora del Observatorio Paremos el Acoso Sexual Callejero Elizabeth Vallejo, tras comentar que este tipo de hostigamiento es la forma de violencia culturalmente más aceptada.
Para
Vallejo, hablar de acoso sexual callejero es referirse a una gama de
prácticas como silbidos, comentarios sexualmente explícitos o
implícitos, masturbación pública, tocamientos, entre otros.
Estas conductas, según la experta, tienen como raíz la cultura machista
que valora la agresividad masculina y que lejos de llamar la atención
sobre las conductas de estos hombres, culpabiliza a las mujeres de
ellas.
“Ellas los provocan con esas
faldas”, “si no quieren que les pase nada, ¿por qué salen solas a esas
horas”, “los hombres son así, una tiene que acostumbrarse”, cita en una
columna publicada en el portal de Noticias de la Universidad Católica
del Perú.
¿Qué pasa en la mente de los acosadores?
Desde
el punto de vista médico, los acosadores, con frecuencia, presentan
desórdenes emocionales, son narcisistas y egocéntricos, y los obsesiona
el ejercicio del poder.
Según los especialistas del Ministerio de Salud, un acosador busca acercarse a su víctima aunque ésta lo rechace o ignore y se obsesiona con su objetivo.
Lo más grave es cuando el acosador se desespera, pues es capaz de llegar a cometer actos de violencia como agresiones, golpes, allanamientos a viviendas, violación u homicidio.
Muchas mujeres creen que ignorar el
acoso es una buena opción. Esta creencia parte del supuesto de que los
hombres buscan atención con esa conducta y que por lo tanto, no dársela,
haría que dejen de realizarla.
Sin embargo los expertos del Observatorio Paremos el Acoso Sexual Callejero, señalan que ignorar estas conductas no hace más que reforzar la idea en los varones de que no hay nada malo en molestarlas.
"Ante
estas situaciones lo mejor es responder de forma asertiva, esto es,
diciéndole claramente (con tus propias palabras) lo que te molesta y lo
que te genera una mala impresión de él", sostienen.
Se debe elegir el lenguaje adecuado para hacerlo, de acuerdo a la situación; sin embargo, es recomendable para todos los casos evitar exaltaciones e insultos por dos motivos:
- Ser agresiva con un extraño puede ser peligroso, pues podría responder de la misma forma o con una agresión mayor.
-
Ser agresiva hará que la persona se focalice en el insulto y la
agresión y pierda de vista el mensaje que se le intente transmitir.
Si
bien no todas las formas de acoso callejero tienen amparo legal
específico, no está de más llamar la atención de las autoridades que
tienen el deber de proteger la integridad física y la tranquilidad en
los espacios públicos.
(FUENTE: RPP.com)
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