¿Ya supiste? Los cigarros ya no son dañinos para nuestra salud. Resulta que lxs científic@s y doctor@s estaban equivocados.
¡Qué mentira más grande! Eso NUNCA sucederá, pero para algunas personas, convencerlas de que las grasas saturadas son de hecho benéficas para nuestra salud es tan increíble como lo primero que dijimos. ¿Pero por qué?
¡Están equivocad@s!
Lxs “expert@s” que hace más o menos medio siglo nos convencieron que las grasas saturadas producen un aumento en el nivel de colesterol y de esa manera causan también enfermedades cardíacas, basando sus teorías en un conjunto de evidencia que no era correcta.
Se siente bien cuando puedes culpar a alguien (¿verdad?), entonces vamos a dirigir nuestro enojo hacia el científico Ancel Keys, quien publicó un estudio dudoso titulado “La hipótesis de los lípidos”. Keys hizo a un lado la parte de su estudio que no apoyaba su idea de que las grasas saturadas eran la causa de enfermedades del corazón, obesidad y niveles altos de colesterol y corrió con la cantidad insignificante de datos que decían que sí.
Desafortunadamente, debido a un incremento en la producción de aceite poli-no saturado en los Estados Unidos en ese momento, el gobierno decidió que lo más conveniente era apoyar la declaración de Keys. Antes de que pudiéramos añadir una cucharadita más de mantequilla a nuestro sartén, nos estaban metiendo a fuerzas la margarina, y todo nuestro sistema nutricional fue puesto de cabeza.
Ahora para la verdad…
Las grasas no nos hacen engordar. Si acaso, nos vuelven menos propens@s a comer de más (algo que que el azúcar no puede hacer). Nos ayudan a mantener así un peso saludable. Pero revisa bien las grasas trans, porque estamos hablando de grasas naturales no procesadas.
Las grasas saturadas se encuentran sobre todo en grasas animales y aceites tropicales, como el aceite de coco. Se venden a temperatura ambiente y son altamente estables, incluso cuando cocinadas a altas temperaturas. Esto significa que no se oxidan y no se ponen rancias como los aceites vegetales, pero además, participan en un montón de funciones corporales importantísimas.
Los beneficios de las grasas saturadas
Las grasas saturadas nos ayudan a fortalecer nuestro sistema inmune, promueven huesos saludables, tienen una fuente rica en vitaminas solubles en grasas, componen hasta un 50% de las membranas de nuestras células, asisten a nuestro cuerpo para la metabolización de grasas e irónicamente, tienen propiedades por las que bajan el nivel de colesterol (Haz click aquí para ir al sitio de The American Journal of Clinical Nutrition) en nuestra sangre, lo que mantiene nuestro corazón fuerte. ¡Toma eso, Señor Keys!
¿Alguna vez te has preguntado la razón por la que después de una noche de alcoholes, te dan muchas ganas de comer alimentos altos en grasas al siguiente día? Esta es la manera en la que el cuerpo se protege a sí mismo, porque las grasas saturadas son también buenísimas para proteger el hígado. (Esto NO quiere decir que tienes permiso de comer hamburguesas y papas fritas. Un huevo y un poco de tocino libre de nitratos es suficiente).
Por último, las grasas saturadas, te vuelven más inteligente
(Ver http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21130529). Nuestro cerebro está compuesto en su mayor parte de grasa y colesterol, sobre todo saturados. Al limitar la grasa que consumimos, estamos robando a nuestro cerebro de estos nutrientes esenciales, y ¿quién no quiere ser inteligente? Quizás hubiera sido bueno que el mismo Ancel Keys aumentara su consumo de grasas saturadas antes de intentar probar su “Teoría de los lípidos”...
(Fuente: http://www.iquitsugar.com/saturated-fats-dont-make-you-fat/)
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